El albacetense Santi Denia dirigió ayer un nuevo partido de la Selección Sub-21, ante Eslovaquia, pero no fue uno más, ya que cumplió 200 encuentros como entrenador de las categorías inferiores de la Selección Española de Fútbol. Santi Denia tuvo una brillante carrera como futbolista, llegando a defender la camiseta nacional, pero sus principales logros los consiguió como jugador del Atlético de Madrid. Tras colgar las botas tomó el camino del banquillo para ser entrenador y ahí su carrera está vinculada a la Selección.
Santi Denia fue un buen central, un jugador que hablaba en el campo, siempre discreto, pero que cumplía su cometido. Como entrenador mantiene el perfil que tuvo de jugador, sin el yo por delante, siempre pendiente del conjunto, porque el éxito de todos conlleva el de uno mismo. Como dijo Di Stéfano, ningún jugador es mejor que todos juntos, y esa máxima la aplica el albacetense. El mejor ejemplo es leer las declaraciones que sobre él realizan muchos de los jugadores españoles que han pasado por las categorías inferiores. Ni un reproche, todo palabras de agradecimiento y, que yo recuerde, ningún enganchón con jugador alguno.
Santi Denia también hace honor a las palabras de Juan Belmonte, «se torea como se es» y el albacetense es buena persona y buen entrenador. El binomio del trabajo más el conocimiento es igual a buenos resultados, que es lo que él suma en estos 200 partidos como entrenador de las categorías inferiores de la Roja. Sólo le pongo un pero, que es del Atleti, aunque compartimos el corazón blanco del Alba. Enhorabuena míster.