Una de las cosas con las que siempre se yerra en política es que, cuando se produce un cambio de Gobierno, conllevando giro ideológico, se desdeñan propuestas interesantes por la simple razón de que ha sido idea de otros. Ha pasado desde tiempos inmemoriales, y seguirá sucediendo, ya que parte de esa inquina competitiva y opositora que separa más que une, y que a la postre perjudica a la ciudadanía. Se cuentan por cientos los proyectos de todo tipo, color y sabor que han quedado abandonadas en la cuneta por esta absurda razón. Por eso, cuando supimos que el nuevo gobierno municipal, no sólo no iba a cargarse de un plumazo el festival Antorchas, simplemente porque había sido puesto en marcha por el gobierno municipal anterior, sino que, además, su promesa fue de impulsarlo y mejorarlo, muchos pensamos que éste es el tipo de política que nos gusta para nuestra ciudad. Habría sido un error imperdonable privar a Albacete de una de las iniciativas culturales municipales más atractivas de todo el año. Y me consta que no se pensó mucho en las posibles consecuencias electorales de su eliminación. Sin duda se acertó en asegurar su vigencia al menos durante estos próximos cuatro años de legislatura. A partir de ahí se trabajó intensamente en alicatar un cartel de altura e interés que atraiga a miles de albaceteños y público foráneo al Recinto Ferial y demás espacios habilitados para disfrutar de la mejor música y gastronomía del momento. Que ya se haya vendido el 80% de sus entradas es la mejor demostración de que el trabajo se ha hecho mejor en todos los sentidos y es que los números no mienten. Todo apunta a que durante este mes que resta hasta su celebración se pueda colgar el siempre soñado cartel de «no hay billetes». Esto aseguraría que desde el Consistorio y demás administraciones e instituciones colaboradoras se incremente el apoyo a un festival propio y diferente que Albacete exigía y necesitaba, que se han consolidado, en sólo tres ediciones, como el mejor de Castilla-La Mancha y en una de las citas emergentes del panorama festivalero nacional que más ha crecido y atraído desde su génesis. Debemos de felicitarnos por ello y, como hizo Manuel Serrano, en la presentación oficial de Antorchas 2024, celebrada hace unos días, reconocer y agradecer su acierto a los que lo pusieron en marcha. Eso honra a un alcalde. Ahora todos felices porque hayan sabido aprovechar la que ya es una de las joyas culturales de una ciudad en expansión que siempre debe de mirar para adelante, sin más. Un Antorchas que no cesa, como el rayo.