Jorge Martín será un gran desconocido para la mayoría de ustedes, salvo que sean aficionados al motociclismo y sepan que recientemente se proclamó campeón del mundo de MotoGP, la categoría reina. Para otros puede ser familiar a cuenta del revuelo formado por su entrevista fallida en el programa de TVE La Revuelta, porque, según este programa, tuvo el veto de su directo competidor, El Hormiguero, de Antena 3, mientras que, según éstos, tenía adquirido el compromiso de ir primero a este programa desde hace un mes.
Sea como fuere, la alternativa del programa que dirige David Broncano fue, durante los minutos previstos para la entrevista al piloto, emitir un documental de ciervos berreando, con el añadido de que días después se jactaron de que lograron una audiencia del 13,9%, sólo tres décimas por debajo del 14,2% obtenido por El Hormiguero. Visto así, es un gran resultado, pero si se mira desde otro prisma, también se podría concluir que, con documentales, la televisión pública apenas pierde audiencia con las privadas, con el añadido de que los documentales son mucho más económicos para las arcas públicas que los 87.500 euros por programa que cuesta La Revuelta, que emitirá 320 programas en dos temporadas, lo que da un resultado final de 28 millones de euros en dos años, a 14 por temporada.
Todo esto, para hacerle sombra al programa de Pablo Motos, que lleva 19 temporadas liderando las noches de nuestra televisión y es uno de los azotes de Pedro Sánchez. Por variar, la próxima vez que les 'roben' a un invitado a los de La Revuelta, podrían poner un vídeo del líder socialista repitiendo el famoso «no es no» que tan caro nos está saliendo.