Fernando Palacios dirigió en 1962 la película La gran familia y una buena nueva versión se podría realizar ahora por el quincuagésimo aniversario de la Universidad Laboral de Albacete. Un matrimonio, 15 hijos, el abuelo y el padrino componían La gran familia de Palacios, pero la de la Uni es más larga, con una buena nómina de directores y miles de alumnos, eso sí, cada uno de su padre y de su madre o, mejor dicho, de su pueblo. En mi etapa de alumno de la Laboral, en la segunda mitad de los 80, hubo una buena hornada de mi querido Alcadozo. Los alumnos nos dividíamos en externos, que eran los que sólo estudiaban en el centro, mediopensionistas, los que también comían allí, y pensionistas, que éramos los también llamados internos. Veo ahora anuncios en televisión en los que se controla a los hijos a través del móvil, pero entonces ese cansino aparato ni se soñaba, al igual que internet o las redes sociales, porque el control de los hijos internos se reducía a un tarjetero y tarjetas de tres colores: blanco para indicar que estabas en el centro, azul para que se supiese que estabas en Albacete, pero fuera del centro, y rojo, que indicaba que te habías marchado a tu pueblo. Todo, con el pertinente permiso y disciplina en los horarios y, aunque yo no hice el servicio militar, creo que esos cuatro años de interno me lo deberían convalidar con creces.
En toda gran familia hay un padre y, en mi etapa, era Ricardo Zafrilla, director del centro, que también fue uno de mis profesores de Historia, con el añadido de que nos hacía llamarle «papá Zafrilla» (sic). Genio y figura. Como todos los que formamos parte de la gran familia de la Universidad Laboral.