Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se ha convertido en el mejor aliado de un Pedro Sánchez que anda de gira asiática, con el camino preparado por el expresidente Rodríguez Zapatero, el que en su mandato hizo un feo a la bandera de EEUU y que tan caro nos costó. Digo que Trump es el mejor aliado del presidente del Gobierno español porque, a cuenta de su política arancelaria que ha vuelto locos los mercados en los últimos días, todos los asuntos que rodean a Sánchez quedaron como noticias secundarias.
El desplome y posterior recuperación de las bolsas de todo el mundo eclipsó las noticias sobre el hermanísimo David Sánchez y su contratación en tierras extremeñas, sobre las novedades del caso Koldo y todas sus ramificaciones, incluida la que llega hasta la inquilina de Moncloa, el nuevo revés judicial para Dolores Delgado y alguna más que no cito por no cansarles. El agradecimiento de Sánchez es coquetear con China, la principal potencia que rivaliza con EEUU, aunque parece que el amorío no llegará a más, porque desde Europa se han encargado de bajarle el suflé egocéntrico.
Aquí seguimos sin Presupuestos, ni atisbo de que los haya, porque lo más importante es complacer a los partidos nacionalistas que mantienen a Sánchez en el Gobierno, aunque sea a costa del conjunto del país. Mientras tanto, siento envidia de ver lo que sucede en Alemania, donde conservadores y socialdemócratas llegan a un pacto de coalición para formar Gobierno. Por eso ellos son la locomotora europea y nosotros un vagón que no para de perder posiciones.