Los españoles, con nuestro carácter latino para lo bueno y para lo malo, tenemos un gen solidario que nos aflora cada vez que se produce una catástrofe. Véase la respuesta mayoritaria y rápida, todo lo contrario que la de nuestra clase política, ante la catástrofe por la DANA, que me lleva a repetir la famosa frase del Cid: «Qué buen vasallo si tuviera buen señor».
Esa solidaridad llega a nivel individual y colectivo y, una vez más, el mundo taurino quiere aportar su granito de arena. Ya se han organizado festejos en distintas localidades a beneficio de los damnificados. Albacete no es una excepción y la UTE Casas-Amador, en coordinación con el Ayuntamiento, trabaja en la organización de un festival, que se celebrará el 23 de febrero en el coso de la capital, a beneficio de los afectados en Letur. Seguro que habrá una buena respuesta, como la hay cada año en el festival a beneficio de la institución benéfica del Sagrado Corazón o como la hubo, hace unos años, en el que se organizó para ayudar a la familia del tristemente desaparecido Manuel Montoya.
La solidaridad, siempre desde la legalidad, como son los espectáculos taurinos, permitidos y reglamentados en nuestros país y, por supuesto, en Albacete sólo puede ser aplaudida, por lo que me sorprende el comunicado de la Fundación Franz Weber denunciando «el uso de las víctimas de la DANA para promover la Tauromaquia», añadiendo que «supone un uso torticero de la catástrofe para obtener publicidad». Precisamente aquí, la Tauromaquia no necesita publicidad y tratar de conseguir dinero para las víctimas no es usarlas, sino ayudarlas.