El tiempo, pese a tener una duración exacta, puede ofrecerle a cada persona una percepción distinta. En el deporte es donde más lo podemos comprobar en cada una de las disciplinas. Por ejemplo, en el fútbol, cuando restan cinco minutos para que finalice un partido en el que un equipo gana a otro por un gol de diferencia, los cinco minutos son mucho tiempo para el conjunto con ventaja y, por contra, es muy poco para el que pierde, aunque para los dos son exactamente 300 segundos. En otros deportes, como el baloncesto, se agudiza más esta diferencia y ni les cuento en la Fórmula 1, donde el primer puesto en la clasificación se decide, en muchos casos, por milésimas de segundo.
En la vida diaria, también es distinta la percepción entre una persona que espera y a la que esperan. A la primera se le hacen larguísimos los minutos, mientras que a la segunda muy cortos. Y si esa espera la trasladamos a la sanidad, ahí sí que encontramos a más de un desesperado. El miércoles, la Consejería de Sanidad envió un comunicado de prensa en el que resaltaba que el Ministerio de Sanidad publicó los datos de las listas de espera para una intervención quirúrgica y que nuestra región está por debajo de la media nacional. Una buena noticia hasta que se continúa con la lectura del comunicado y uno comprueba que la media de espera en el conjunto del país es de 121 días, mientras que en Castilla-La Mancha es de 118. Son tres días que en las particulares percepciones de nuestros dirigentes sanitarios serán muchos, pero en las cifras en las que nos movemos, para mí, tres días no son para sacar pecho.