Antonio García

Antonio García


Propósitos

06/01/2025

Ya entrado en el nuevo año, me pongo como primer propósito elaborar una lista de propósitos, tomando como inspiración las que menudean en mi entorno, verdaderos clásicos que pueden mantenerse año tras año por su incumplimiento. Observo que entre esas buenas intenciones se priorizan las que tienen que ver con la salud y creo que esas son las primeras que deben descartarse porque obedecen a imposiciones externas y no a  nuestra voluntad. Dejar de fumar, rebajar arrobas, comer sano, hacer más deporte, o hacerlo sin más, no son decisiones que hayamos tomado espontáneamente –entonces sí serían propósitos- sino que viene dictadas por nuestro médico de cabecera, cobrando un carácter conminatorio. Por tanto, el propósito real sería rendir visita al galeno y lo demás vendrá por añadidura. En mi mano sí está resolver de una vez todo aquello que mi procrastinación ha ido orillando durante lustros, léase hacer reformas en casa, vaciar el trastero, poner en orden mis asuntos ultramundanos, coger el teléfono a mi gestora, pero pienso que esas tareas bien pueden esperar un año más, pues las prisas son malas consejeras. El listado podría ampliarse con ítems que interpelan más al espíritu que a la rastrera materia, proponerme, por ejemplo, ser más afectuoso y empático –tarde o temprano tenía que caer el palabro- con la especie a la que pertenezco, como ya lo soy con el mundo animal, pero aquí nuevamente me enfrento a un escollo que ya ilustró la fábula del escorpión: modificar caracteres es pedir cotufas en el golfo. Dejemos pues las cosas como están, sin romper la secuencia del año anterior, porque la vida es un continuum y no una tripa de embutido que pueda trocearse.

ARCHIVADO EN: Albacete, Salud