A un columnista de ABC le leí que habían cancelado el programa Classics, de José Luis Garci. La excusa de la cadena Trece es que las películas en blanco y negro no generan suficiente audiencia. Pero si se mira el listado de películas emitidas, la proporción entre el blanco y negro y los colorines estaba muy equilibrada, lo que nos hace pensar en otros motivos para su eliminación. El principal de ellos, aventuro, era el formato del programa, similar al del histórico La Clave; una presentación, una película y un debate. Y si la gente no aguanta una película antigua -salvo los estrictamente cinéfilos-, menos va a aguantar a tres o cuatro individuos dialogando pausadamente sobre ella, sin echarse los trastos a la cabeza y sin sumirse en el fango de la actualidad. En este país de pandereta, como lo describía atinadamente una lectora a propósito de las celebraciones futboleras, la gente del común prefiere el grito, el rebuzno o el regüeldo de otros tertulianos: el nivel de audiencia se corresponde con el nivel de decibelios. A mí tanto se me da que nos priven de unas películas mil veces vistas -a las que se puede acceder por otros medios-, lo que me inquieta es que el barrido afecte también a una forma de diálogo en vías de extinción y sobre todo a un concepto de la televisión como herramienta pedagógica: el compendio seleccionado por Garci -saltando de Ciudadano Kane a Rocky- era lo más parecido a una enciclopedia cinematográfica, un primer acercamiento para el neófito que a partir ahí podía discurrir, rebuscar, indagar por su cuenta. Así que lo que han clausurado es algo más que un programa de televisión: un semillero de aprendizaje.