Mientras, las autoridades sanitarias desmienten oficialmente que en España se esté produciendo un primer bote de epidemia de Fentanilo, desde otros puntos informativos, quizá más pegados a la realidad del submundo de las drogas, se advierte de que la llamada droga zombi podría estar ya teniendo circulación, sobre todo, en la capital de España. En cierto modo, Sanidad lleva razón en que la masiva lacra que está azotando USA desde hace ya un lustro no está teniendo en nuestro país una equivalencia directa. Aquí existen controles extremos sobre los fármacos opiáceos, no como en yanquilandia, y eso está impidiendo que este estupefaciente sintético -mucho más barato y exponencialmente más potente que, por ejemplo, la morfina- se pueda adquirir de forma legal en cualquier farmacia española. El problema viene cuando dicha sustancia empieza a aparecer cortada con otras, como la cocaína o la heroína, sin que el propio traficante lo sepa, ni por supuesto el consumidor cualquiera que pilla un gramo de coca para su presunto uso recreativo y se encuentra con que viene mezclada con unos miligramos de Fentanilo que le pueden llevar al coma o, en el peor de los casos, costarle la vida. Hace unos días el mundo musical se vio sacudido ante la noticia de que dos artistas conocidos a nivel internacional -acompañados de la novia de uno de ellos- habían muerto en una fiesta, al esnifar coca cortada con este peligrosísimo opiáceo. No sabían que esas malditas rayas estaban envenenadas con muerte y les costó la vida de forma inmediata. Esto ha hecho saltar las alarmas en todo el mundo ya que parece que hasta que estas cosas no afectan a algún personaje famoso es como si no estuvieran sucediendo. Es como si la vida de cualquier drogata que se tambalea, como si fuera un muerto viviente por las calles de la periferia de Filadelfia, valiera menos que otras. Lo peor de todo es que haya gente que piense que sí. Llegados a este punto, y sin afán de alarmar, parece que exigir una atención mayor a quien corresponde -léase, Sanidad y Fuerzas de Seguridad del Estado- es de recibo. Si el Fentanilo ya se pasea libremente por Madrid, no tardará en hacerlo por Albacete, sabiendo que, en este momento, buena parte de la mandanga que se consume aquí llega desde la capital y que comprar drogaina nunca ha sido tan fácil y, lo que es peor, está tan lamentablemente normalizado. Tengan mucho cuidado.