La música albaceteña está de luto tras la muerte de Pepe de Disquería. La triste noticia sacude nuestra más entrañable memoria musical. Cuántas visitas a la mejor tienda de discos de Albacete que, para nosotros, lo era del mundo. Qué cantidad de ratos disfrutados en sus escasos, pero mágicos, metros cuadrados, en busca de nuevas sensaciones sonoras. Y es que la historia de nuestras vidas está íntimamente ligada a la de una boutique que era un lar sagrado, un santuario con una puerta de acceso a lo desconocido, a lo nuevo. Allá por los años 70, Pepe Poveda abre un establecimiento de venta de discos, que sobrevivió a las que en la céntrica calle Salamanca ya existían, y competía directamente con las secciones discográficas de otras grandes cadenas comerciales sitas en la ciudad. Pronto se hizo con la mejor clientela local, compuesta por todo tipo de melómanos y de los DJ de las discotecas y pubes de la capital y provincia. A todos ellos Pepe se los ganó con el buen material que dispensaba -sobre todo en vinilo- en ese almacén abovedado -que fue diseñada genialmente por Antonio Peiró Amo, inspirándose en el metro londinense- pero, sobre todo, con su buen trato y extraordinario asesoramiento. Su labor superaba a la de un dependiente común; él sabía que lo que gustaba o necesitaban sus clientes -a los que conocía por su nombre de pila- y era lo que les dispensaba. Era muy habitual que recibiera una llamada, de parte de un promotor o un pinchadiscos de la época, para encargarle una pila de discos nuevos para estrenar ese mismo fin de semana, que eran seleccionados y preparados por Pepe con extremo gusto, y lo que es más importante, sin error. E incluso algo que yo mismo le copié, cuando muchos años después, estuve trabajando en una disquera. Cuando se perdía una venta por recomendarle a un cliente que no comprara un determinado material -por malo o poco útil en su objetivo- y eso se traducía automáticamente en la generación de una confianza entre vendedor y amigo que ya sería para siempre y que se traducía en cientos de transacciones. Cuarenta años de Disquería, y los que les queda, han dado para mucho. Es imposible ponderar el impacto en positivo de su aportación cultural a nuestro panorama musical, pero en cualquier caso ha sido definitivo. No exageraremos al decir que Pepe Poveda cambió la historia musical de su querido Albacete y que por ello debe ser recordado, y homenajeado -dejo puesta la aguja sobre el acetato negro- como uno de los grandes y, lo que es aún mejor, uno de los nuestros.