Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


De traca

08/04/2025

Seguro que a muchos albaceteños les puede parecer que no hacía falta organizar unas jornadas institucionales de convivencia para contarnos las muchas bondades que nuestro querido Alicante atesora. Como que, posiblemente, que sus fiestas patronales coincidan en fecha con las nuestras, sea sólo una casualidad temporal -mala o buena, según se mire- con la que hemos tenido que convivir desde que el primer albaceteño empezó a irse a gozar de las playas alicantinas, durante ese fin de semana festivo tan goloso de junio, para empezar a disfrutar del incipiente verano. Lo que es una realidad es que más gana Albacete, promocionando nuestros abundantes y variados atractivos urbanos en la capital alicantina, que ellos aquí. O en Valencia o Murcia, que son las tres grandes capitales anexas desde las que más visitantes recibimos cada año. Lo cierto es que esta especie de «Bienvenido Mr. Marshall alicantí» que se he celebrado este pasado fin de semana en nuestra ciudad ha resultado ser todo un éxito con un público que ha acudido en masa a gozar de mascletás, desfiles de belleses y hasta una mini cremá. Este virtual «San Juan vs. San Joan» sólo ha tenido un vencedor, el patrón albaceteño que, más pronto que tarde, viajará a Alacant para devolver la visita a unos alicantinos que, tras este finde, ya son nuestros hermanos para siempre; si es que alguno aún no lo era. Y un perdedor: el grupo municipal socialista que, desde el primer minuto, no pilló la verdadera gracia del asunto y se dedicó a criticar, con poco estilo, este acercamiento entre urbes vecinas. El petardazo más gordo lo pegó una edil del PSOE que, sin venir a cuento, salió a desmerecer, despreciar y usar como arma arrojadiza a un gran evento cultural como es el festival Antorchas que, les guste o no, crece cada año en oferta musical y gastronómica y, por supuesto, demanda -este año va camino de un nuevo llenazo antes que nunca- y que ha situado a Albacete, por méritos propios y tiempo récord, en el proceloso y competitivo panorama festivalero nacional. Y todo ello gracias al gran trabajo de muchos profesionales del sector musical local que, cada edición, se dejan la piel por hacer más grande su querido festival para el goce de oriundos y foráneos. Sin duda nos merecemos políticos de más alta estofa y amplio recorrido. De traca, oiga.