Este jueves vamos a celebrar, en el Teatro Circo, un acto sencillo, pero lleno de simbolismo. Amithe enseñará el Teatro Circo a una representación de jóvenes del Instituto Tomás Navarro Tomás. Centro educativo situado frente al Estadio Carlos Belmonte por el que hemos pasado miles de albacetenses. Terminada la visita, transmitiremos simbólicamente el testigo del amor, el cuidado y el mantenimiento del teatro circo más antiguo del mundo a las nuevas generaciones de albacetenses. Es ya su tiempo. Nosotros lo hemos venido haciendo durante 30 años. Llega el momento de ir cediendo el testigo de su cuidado a los más jóvenes. Y, tras sugerirlo al buen y culto profesor Javier Alfaro, hemos pensado en este instituto por varias razones. Una de ellas es la categoría educativa del centro que lleva el nombre del gran filólogo rodense. Centro que siempre ha tenido una larga tradición teatral, representada en ese histórico salón de actos que alberga. Allí en el año 1981 montamos una Medea inolvidable. Otra razón es puro sentimiento. Fue mi instituto desde 1977 a 1981. Años duros. Se construía la Transición. Huelgas. Amenazas de bomba. Exámenes suspendidos. Un tiempo de esperanza para España, pero también para Albacete. Todos unidos bajo el esfuerzo de usar la educación como palanca de cambio. El despertar erótico. El Albacete Balompié de los Rubio, Verdú, Hernán, Calvo y los Villalba, a quienes veíamos entrenar en el descanso de las 11 de la mañana. Algún «novillo» en el mítico bar La Balada. Un listado de profesores de categoría: Ana Masegosa, Neme Paños, Carmen Lozano, Orovig, los hermanos Santamaría, García-Sauco, Dútil, Rafael García Moreno, Paco Díaz, Mariano Ruiz, Amparo Guerrero, Barrajón, Aparicio, Alfaro, Argimira, Carlos Panadero, Nieves de Felipe o Ramón Carrilero. Muchos eran catedráticos de instituto. La seguridad y el orden en manos de un solo bedel, el inefable Álvarez. Hoy todo ha cambiado. El centro imparte educación secundaria y FP con diversas procedencias. Aquel descampado es hoy un núcleo urbanizado en torno a la entonces inimaginable universidad. Este jueves nos reencontraremos. «Vivir es ver volver», dijo el maestro Azorín.