Antonio García

Antonio García


Nessie

17/06/2024

Entre las novedades más gratificantes de la temporada se encuentra el librito Hay un monstruo en el lago, de Laura Fernández, que por la suma de conceptos (monstruo y lago) no puede ser otro que Nessie, ese plesiosaurio sumergible instalado en nuestra imaginación desde tiempos remotos. Si bien su primer avistamiento data del siglo VI, la leyenda se dispara a partir de 1933, (no en vano el año de estreno de King Kong), cuando se le pone cara y arranca la documentación fantasiosa: filmaciones dudosas, fotos trucadas, abundantísima bibliografía entre la que destaca la canónica obra de Tim Dindsdale, que es la que mejor aprovecha Fernández para su investigación. Salvando todas las distancias, lo que tenemos es un libro unamuniano, el libro de una no creyente que quiere creer y que a pesar de desmenuzar las farsas sucesivas en torno al mito deja suelto en el aire el hilo de la posibilidad, para que se agarre a él quien quiera, que será desde luego un devoto de la imaginación. Cosas más inverosímiles nos rodean -el mismo planeta, la vida que no entendemos- y que sin embargo aceptamos sin rechistar mientras ponemos objeciones a lo que no cuadra con nuestra lógica resabiada y soberbia. Aplicando esa moraleja al momento presente, diríamos que la existencia de lo indecible (tanto da que sea Nessie, el abominable hombre de las nieves o el Triángulo de las Bermudas) resulta más verosímil, asumible y por supuesto inofensiva que la de otros entes avistados todos los días, los que asoman su jeta entre las cenagosas aguas de la política (el famoso fango, ya saben) y no inspiran en nosotros más que una resignada indiferencia.

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