Si las maracas de España fueron las de Machín, las de Albacete las puso Manolo Martínez Useros, el de la cafetería La Fuente, el fundador de la mítica Peña Voy-Voy del Albacete Balompié. Manolo, hermano de Fernando el de Nuestro Bar, se nos fue días atrás. Con gran valentía se independizó de su hermano, que ya triunfaba con el local de la Puerta de Valencia al que cantaba por su gastronomía Martin Ferrand y Vázquez Montalbán. Manolo abrió en los bajos del emblemático edificio de la fuente del parque, una de las cafeterías más populares de Albacete como fue La Fuente. Useros puso su alma y vida en ese sacrificado negocio. No me lo tienen que contar porque dos veces al día pasaba por su cafetería camino del Instituto del campo de futbol, y ahí estaba él con su chaparro cuerpo atendiendo la terraza o a proveedores. Useros, fanático del Albacete Balompié y del Atlético de Madrid (escudero del doctor Damián Ferrandis al montar la peña del Atleti en nuestra ciudad), fundó en 1978, con el Alba en tercera división, una de las peñas más fieles, la de Voy-Voy. La peña nació cuando se cubría la Preferencia del Carlos Belmonte y se puso luz al Estadio. Como señala Miguel Yeste en un artículo dedicado a la Peña, fue la primera con «papeles» en la historia del Albacete. Era un grupo de unas 20 personas con un líder indiscutible, Manolo el de la Fuente, que marcaba el ritmo de la animación con sus maracas, enfundado con un gorro de lana blanquísimo. Se sentaban en mitad de la Tribuna, escorados a la izquierda, muy cerca de donde mi familia tenía los abonos. Entre ellos, recuerdo a unos hermanos con barba de entonces, que trabajan en el registro de la propiedad, y también a mi primo, Carlos Paños. La denominación, lo contaba Yeste, salió de que cuando a Useros le pedían los clientes en su cafetería y siempre decía «voy-voy». Emilio Parrita y Useros, cada con su estilo, han sido los dos grandes históricos de la animación en el Carlos Belmonte. La sostenibilidad del Albacete Balompié se basa en ser principalmente un sentimiento entre su fiel afición. Esa que creció al son del bombo de Parrita y de las maracas de Useros.