Editorial

Las plantaciones de cannabis están al alza en la provincia

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Las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado no deben bajar la guardia y perseguir a los autores hasta ponerlos a disposición judicial y ser condenados con dureza

Zona rural, despoblada, con poco tránsito y unas condiciones meteorológicas adecuadas o una plantación en el interior de un sótano, nave industrial o chalet. Es el escenario idóneo para llevar a cabo una plantación ilegal de cannabis sativa, droga conocida popularmente como marihuana. En la provincia de Albacete, este cultivo ilegal está en auge, no en vano, en lo que va de año los efectivos de la Guardia Civil protagonizaron siete operaciones en la propia capital, Albatana, Isso (Hellín), La Gineta, Bienservida, Tarazona de la Mancha y Chinchilla de Montearagón, que hubieran permitido fabricar más de 259.300 dosis.

Los fiscales, desde el general de Estado, Álvaro García Ortiz, hasta el superior de Castilla-La Mancha, Emilio Fernández, alertan sobre «la realidad alarmante que supone que España se hay aconvertido en el primer productor de cannabis de la UE» o el «preocupante» aumento de intervenciones por cultivos a gran escala ilegales de esta planta.

Las provincias del centro penínsular, pero sobre todo Castilla-La Mancha son el nuevo objetivo de las bandas criminales que se dedican al tráfico de estupefacientes, debido a que muchas de sus comarcas están despobladas y no generan excesivas sospechas a los vecinos ni a las fuerzas y cuerpos de Seguridad.

Las mal denominadas drogas blandas, entre las que se encuentra el cannabis, son de consumo habitual entre los jóvenes, quienes no son conscientes de los riesgos que supone su consumo, o los minusvaloran. En realidad, son la puerta de entrada a otras sutancias mucho más adictivas y perjudiciales para la salud. 

Por esta razón, las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado no deben bajar la guardia y perseguir a los autores hasta ponerlos a disposición judicial y ser condenados con dureza. No cabe laxitud con estos criminales que ponen el riesgo el futuro de jóvenes con una vida por delante. Toda la cadena, desde la Guardia Civil hasta los jueces deben ser conscientes de que no se trata de drogas blandas, que pueden concebirse como inofensivas, sino que es una droga como otra cualquiera, como pueda ser la cocaína o el éxtasis, por poner dos ejemplos.

La vigilancia en los entornos rurales debe ser cuidadosa y constante para evitar que las plantaciones ilegales, bien sean al aire libre -como la mayor plantación de toda la provincia descubierta en Villarrobledo en 2015- o de interior -con múltiples ejemplos en los últimos años por todo el territorio provincial-. De esta forma, se contribuirá a que los grupos criminales no se asienten en Albacete y la sociedad sea más segura.