Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


¡Magia! La semana de cuatro días

07/10/2024

A mis alumnos de primero de economía suelo sorprenderles con esta pregunta. ¿Cuándo les parece que en Europa se trabajaba más horas al día? ¿A inicios del siglo XX o ahora? Respuesta: «Aproximadamente las mismas. La población activa se ha doblado y la jornada laboral se ha reducido a la mitad». 
Imagino que la noticia será del agrado de Yolanda Díaz que desea pasar a la historia como la ministra-maga que redujo la semana laboral de cinco a cuatro días sin tocar el salario. Lo que la Ministra debe saber son las condiciones necesarias para que tales medidas no hundan a la economía. 
La primera es que las apliquen las empresas en su competencia por atraer a los mejores trabajadores. No que las imponga el estado sin escuchar los apuros de los empresarios que compiten con empresas extranjeras. La segunda condición es que la economía haya experimentado un fuerte incremento de la productividad. Solo entonces las empresas pueden aumentar el salario real sin menoscabar sus beneficios, de donde salen la inversión y el empleo. La tercera, que la economía mundial esté atravesando una larga ola de prosperidad. Eso ocurrió entre 1995 a 2005, de 1950 a 1973 y en los «felices años veinte» que inspiraron a Keynes. 
De faltar estas estas condiciones, hemos de esperar que quiebren algunas empresas y el resto reduzca su actividad. Los trabajadores estarán menos estresados. Los parados (en alza) más angustiados. Que nadie se sorprenda si prolifera el trabajo a destajo. Los empresarios permitirán a sus empleados que se acerquen a la oficina cuando deseen, pero solo les pagarán por los resultados que presenten. 
Para su conocimiento, señora ministra. Lo más parecido a la magia económica es el aumento de la productividad laboral, algo de lo que pocos hablan.