La mentalidad de buena parte de los españoles a la hora de realizar sus compras ha cambiado considerablemente desde la crisis de 2008. Las preferencias por estrenar productos nuevos, desde un vehículo, un electrodoméstico, ropa o, incluso, regalos, ha experimentado una importante transformación hacia artículos de segunda mano, tanto por lo que conlleva de ahorro económico como de sostenibilidad medioambiental, que se ve reflejado en el tipo de comercio que está creciendo actualmente en el país. 

Se trata de un negocio muy lucrativo que se está imponiendo con gran fuerza en España y que registra una facturación de unos 5.500 millones de euros en el último año, con una potente evolución de crecimiento que se sitúa entre el 4% y el 7%, según los datos que aportan las plataformas de ventas de este tipo de artículos como LetGo, Relendo, eBay, Milanuncios, Veopago Marketplace o Wallapop.

Un mercado en el que no se incluye la comercialización de vehículos o de viviendas de segunda mano, con unas cifras de ventas muy considerables, puesto que se incluyen en un capítulo aparte. 

En este sentido, los economistas defienden que «desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, el negocio de productos usados se ha disparado en España entre un 50% y el 85% ante el auge y el cambio de hábitos que ofrecen las nuevas plataformas y aplicaciones digitales, que facilitan tanto la venta entre particulares como otro tipo de servicios complementarios como el de transporte e, incluso en algunos casos, hasta facilitan la financiación.

La magnitud y la evolución de este sector no deja de crecer y, de hecho, plataformas de segunda mano como, por ejemplo, Milanuncios confirma que en 2022 publicaron casi 15 millones de ofertas, lo que representa más de 60.000 registros diarios, según el informe Radiografía del Mercado de la Segunda Mano de 2023.

Las cifras de compraventas son tan sorprendentes actualmente que el mercado nacional se ha consolidado como una de las 10 naciones de la eurozona con una mayor consolidación de este tipo de compraventas en el que también se encuentran otros Estados como Francia, Países Bajos, Italia, Alemania o Bélgica, entre otros.

Ante esta realidad, compañías como Decathlon, Zara, Apple e, incluso, la nórdica Ikea, son algunas de las que ya se han sumado a esta iniciativa conocida como recommerce, que conforma un modelo comercial en el que ambas partes ganan. El vendedor se beneficia de la confianza, garantía y reputación de la plataforma a través de la cual ofrece sus productos, y el comprador asume cierta seguridad al hacerlo a través de ella. 

Una nueva forma de comercio que resulta muy interesante para marcas muy prestigiosas que, ante las cifras de beneficios que ya representan, no quieran perderse ese trozo del tarta y han decidido incluirlo de pleno en sus tiendas y en su modelo de negocio.

De hecho, hay informes que sostienen que casi la mitad de los españoles contempla la segunda mano como la primera opción a la hora de comprar cualquier producto y muchos expertos piensan que es cuestión de tiempo que los consumidores adopten el hábito de vender y comprar a través de las grandes marcas, tanto si ya lo hacían en de plataformas tan conocidas como Wallapop, como si nunca se habían atrevido a hacerlo por falta de conocimiento.

Un sistema de comercio que ha venido para quedarse y que se refuerza ante momentos económicos de incertidumbre como el actual y, sobre todo, ante un consumo muy alto de los últimos años que supera las necesidades de cualquier persona que ve en esta fórmula un medio para seguir consumiendo.