Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Tardes de Roca Rey

08/04/2025

El sábado vi en la Filmoteca Tardes de soledad. Cerrando una Semana cultural taurina que ha organizado con gran éxito mi amigo Martínez Iniesta, a la altura de las que organizaba en los 80, el gran Pacote. El llenazo de la Filmoteca hasta la cabina de proyección era de expectación. Y el resultado tras ver la película de Serra no es de decepción, siguiendo el dicho taurino de «tarde de expectación, tarde de decepción», pero sí una tarde para la matización. No me podrá decir nadie que no me he deshecho en elogios por el atrevimiento del director Serra. En la revista Aplausos incluso lo llamé el nuevo Chaves Nogales. Pero vayámonos al toro. La película, hiperbólicamente elogiada, pasará a la historia del cine y del toreo, sobre todo porque nadie ha hecho nada igual y dado además que en el futuro nadie lo hará. Nos haría falta otro fuera del sistema como Albert Serra para realizarla y un figurón como Roca Rey para prestarse. No me he querido pronunciar hasta ver las dos horas y tres minutos de excesiva duración. La película, la faena, a Serra, se le va de tiempo. Le sobra, como mínimo, media hora. Me deslumbra cuando retrata al héroe, a ese samurái moderno que es el torero ante el rito y el sacrificio. Me deja sin palabras ese metraje de Roca Rey en la furgoneta, en el ascensor, en la habitación, entre barreras. Pero me cansa la película en el ruedo. Como ese sin parar de abrazafarolas pelotilleros que rodean al Ulises moderno. Le iba pidiendo a Serra que cogiera la espada y a matar. Quizá, porque desde hace más de 50 años todo lo del ruedo ya está en mi cabeza. Esas impactantes imágenes ya las innovaron Víctor Santamaría y Manolo Molés en las retransmisiones taurinas de Canal+. Pero confieso que cuando aparece el retrato del hombre desnudo ante el rito y el sacrificio, la película me deslumbra. Las ovaciones, y hasta premios taurinos excesivos, se los ha llevado Serra. Pero la vuelta al ruedo debería compartirla con un pilar imprescindible de este proyecto, un figurón de época, aunque su toreo no me apasione, como es Roca Rey. El único que podría haber muerto de verdad. La soledad es suya.

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