Alberto González Fernández (Tolox , Málaga, 07-06-1979) cumplió su sueño de entrenar en el fútbol profesional con la llamada del Albacete Balompié en marzo de 2024. Logró la salvación con honores, al conseguir una racha de cinco victorias consecutivas, y espera repetir la permanencia, como mínimo, en esta temporada que ahora llega a su ecuador.
¿No ha cumplido todavía un año en Albacete, son nueve meses, pero creo que ha pasado de todo?
Pues sí, han sido nueve meses bastante intensos, en los que hemos vivido situaciones muy emocionantes, como esa racha histórica y salvar la categoría incluso con margen para poder saborearlo en los dos últimos partidos. La verdad es que fue muy bonito y de ahí pasamos a una pretemporada ilusionante, construyendo un nuevo equipo. Tuvimos un buen arranque, pero luego sabemos como son las temporadas y hubo alguna dinámica un poco más negativa. Creo que la primera vuelta es para construir, para afianzar a los jugadores en la categoría, porque tenemos al menos 10 que han debutado y eso lleva un tiempo de adaptación. Creo que el equipo se está consolidando bien y por ello afrontamos con mucha ilusión la segunda vuelta.
En el Albacete está viviendo su primera experiencia en el fútbol profesional, ¿es lo que se esperaba?
Es algo que a veces vemos como muy lejano, algo que idealizamos mucho, por el hecho de ser la categoría que es, pero una vez llegas te das cuenta de que no hay tanta distancia con las otras categorías, donde también se trabaja, hay buenos entrenadores y buenos equipos. Lo que pasa es que aquí tienes más recursos a todos los niveles, aumenta la repercusión, aumenta lo externo, porque lo que pasa dentro del campo sigue siendo 11 contra 11 y los sistemas de entrenamiento son similares. A nivel de juego no veo tantas diferencias. Obviamente hay un poco más de nivel, un poco más de precisión, de ritmo, pero las diferencias no son muy grandes y tuvimos la Copa del Rey, que me dio la posibilidad de verlo en mis carnes, de ver que no hay tantas diferencias. La diferencia es que hay más repercusión, ciudades más grandes, aficiones más grandes, un mayor seguimiento y todo se magnifica.
La realidad de los números, con los presupuestos en la mano, nos muestra que el Albacete está ahora mismo cumpliendo sus objetivos, pero quizás no s queda esa sensación de demasiada irregularidad, tanto en el juego como en los resultados.
Puede haber esa sensación, pero yo creo que es algo habitual y la tenemos todos los equipos. Aveces creo que tendemos a mirar solo a nosotros mismos, a ver lo que hacemos nosotros, pero hay que mirar también a los demás y ver entonces si lo que haces es normal, porque tal vez esa irregularidad es normal y lo raro sería no tenerla. Todos pasamos por diferentes dinámicas y vemos que esa irregularidad es algo más o menos normal, y más en esta categoría.
En las últimas jornadas del año, y más allá de los resultados, se vio una mejora en el equipo, tanto a nivel ofensivo como de juego. Solo la falta de gol evitó un mejor final de primera vuelta.
Es lo que hablamos, que son momentos. Tuvimos momentos donde estuvimos finos arriba y atrás nos costaba. Trabajamos y mejoramos los conceptos defensivos, lo que no ha implicado que nos hayamos echado atrás y eso haya debilitado nuestro ataque; lo único que nos ha faltado ha sido acierto. Estamos contentos porque sabemos que vamos tocando teclas, ajustándonos bien y estamos en el camino.
El nivel de lesionados ha sido más alto de lo normal, además muchos jugadores de los llamados titulares, lo que no ha tenido que ser fácil para el entrenador.
Está claro que en estas categorías tener lesionados es algo habitual, tanto porque el nivel de exigencia, que es muy alto y te hace llevar el cuerpo al límite, como porque hablamos de un deporte de contacto, de impacto, donde hay contusiones que no podemos evitar. Entonces hay un número más o menos habitual, pero hubo un momento que sobrepasamos ese número y es algo que hemos analizado. Hubo una fase en la que hubo muchos jugadores no disponibles y eso condiciona las posibilidades a nivel de juego, pero también nos ha permitido ver a chicos jóvenes que a lo mejor no habrían tenido tantas oportunidades y eso nos hace tener ahora un equipo tal vez más completo de lo que hubiésemos tenido sin poder ver a esos jugadores.
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