El pasado 4 de abril, Simago hubiera cumplido 50 años desde que el recordado centro comercial se abrió en el chaflán entre las calles de Tesifonte Gallego y Dionisio Guardiola. En 1974, y en el solar en que estuvo el hogar y café de la Falange, se levantó un gran edificio, tan soez como todos los de su época, en cuyo amplio bajo se instaló este gran comercio de bazar y alimentación. El nombre comercial de Simago era un acrónimo formado con los apellidos de los tres fundadores, Simó, Mayorga y Gómez, un grupo hispano-cubano que había huido de la revolución castrista. Simó y Gómez abandonaron pronto el barco, quedándose Mayorga al frente de la firma. Luego pasó a manos de las bancas March y Urquijo, hasta que final fue comprado por los franceses de Champion, filial de Carrefour. El Simago de Albacete, que incluso se aperturó antes de terminar todo el edificio, fue clave para la ciudad hasta su cierre en 1998. En sus dos plantas, baja y sótano, se reunían más de 4.000 metros. Antes ya se había inaugurado Fontecha y Cano con su primera escalera mecánica de subida y más tarde los Almacenes Navarro y Galerías Preciados. Pero Simago fue el más popular. Allí podías encontrar de todo. Hasta los mejores discos que oíamos en una especie de mono auricular gigante. En la espaciosa planta que daba a la calle se agrupaba el bazar y los discos, y en la de abajo el supermercado, contando con una pequeña cafetería, pero muy concurrida por sus sabrosos bocatas de jamón a la plancha. Injustamente Simago cogió fama de que se podía hurtar fácilmente y el albacetense medio lo termino conociendo por Si-mango. En 1983, medio centenar de parados entraron por la fuerza en la tienda y se llevaron por la cara todo tipo de alimentos, siendo noticia nacional. Muchos albacetenses de la provincia echaban la tarde dándose una vuelta por este famoso centro comercial. Hace unos días se reunieron los viejos empleados de aquel Simago de Albacete que escribió una bella página en la historia del comercio de la ciudad. Ahora todo son multinacionales que a las ocho de la tarde se llevan la caja del comercio de Albacete para La Coruña o Barcelona.