Elena Serrallé

Elena Serrallé


Esencia de mujer

14/08/2024

En la película Aroma de mujer se desarrolla una de las escenas más icónicas de la historia del cine, es aquella en la que el protagonista, interpretado por el gran Al Pacino (el mejor actor de todos los tiempos desde mi humilde opinión), invita a bailar a una bella joven. La chica, muy amablemente declina la invitación alegando que no puede, ya que su prometido llegará en un momento. «¡En un instante se vive una vida!», sentencia él mientras le coge la mano y la lleva al centro de la pista a bailar un tango.
Esa breve, pero memorable, escena contiene uno de los mensajes más didácticos y hermosos de la historia que cuenta la cinta. A veces, muchas veces diría yo, nos afanamos por correr detrás del tiempo, pensando qué vamos a hacer mañana, o el fin de semana, o las próximas vacaciones, viviendo en un constante preámbulo e incertidumbre porque, cuando llega ese instante, somos tan necios que no paramos a saborearlo, sino que ocupamos nuestra mente en otro momento posterior que está por llegar. Es como si viviéramos permanentemente pegados a unos prismáticos colocados en nuestros ojos, que nos sitúan todo el tiempo en lo que está por llegar.
Todos, absolutamente todos, disfrutamos de 24 horas cada día, la diferencia radica en la gestión que cada uno hacemos de ese precioso tiempo, que es el mayor y más efímero tesoro del que disponemos. Perderlo es la más imperdonable de las torpezas.
Posiblemente peque de osada, pero añadiría un apunte a la frase, «en un instante se vive y se pierde una vida».

ARCHIVADO EN: Elena Serrallé, Cine