Muchas de las brujas que fueron perseguidas, torturadas y quemadas por la Santa Inquisición durante la Edad Media y la Edad Moderna eran, en realidad, curanderas y hechiceras con un alto nivel de conocimiento de las plantas medicinales. Eran, pues, las grandes profesionales de la etnomedicina que sabían utilizar las hierbas para curar, dañar, alterar la conciencia o forzar la voluntad. Unas prácticas estudiadas por el doctor en Biología, Alonso Verde, de las que hablará este jueves, a las 17 horas, en el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha.

De curanderas y sanadoras a brujas perseguidas por la Inquisición. ¿Tan dañinas eran?

Estas señoras tenían un conocimiento de las plantas y de su entorno tremendo. El problema es que el concepto de brujería estaba implantado en la sociedad y de ello se aprovechaban los listos. La medicina oficial no existía, había curanderas, sanadoras, parteras..., mujeres que eran muy buenas en etnomedicina. Pero cuando recurrían a ellas y, por lo que fuera, la persona enferma no sanaba, entonces las denunciaban. Algunas famosas curanderas terminaban marginadas de la sociedad. Entonces se producía entre ellas la reacción-acción, con la celebración de aquelarres y la realización de conjuros en los que mezclaban una serie de plantas para evadirse.

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