Después de un año 2022 en el que sólo se produjo un pequeño incendio de tres hectáreas y media, 2023 ha dejado en el Centro Nacional de Adiestramiento (Cenad) de Chinchilla de Montearagón un fuego que se ha llevado por delante 20 hectáreas de la zona de caída de proyectiles.
Dicho incendio se produjo en el mes de abril, mientras las academias militares realizaban el ejercicio Hispania. Afortunadamente la mayor parte de la superficie quemada fue de pastizal, tal y como señalaba a La Tribuna de Albacete el coronel jefe del Cenad, Pedro Latorre Vila. «Nuestra zona de caída de proyectiles tiene unas 1.500 hectáreas y es casi todo pastizal y algo de matorral. Las 20 hectáreas que fueron pasto de las llamas, fueron prácticamente de pastizal. El fuego estuvo activo unas 10 horas, pero como las academias tenían un montón de alumnos, ellos fueron los encargados de vigilar que el fuego no se saliera de la alambrada de esa zona de caída y que el cortafuegos pudiera actuar convenientemente».
El coronel señalaba que los incendios sirven para limpiar una zona a la que no pueden acceder. «Un incendio de estas características tiene su parte beneficiosa, porque se limpia la zona de caída y permite que en los próximos ejercicios de tiro no se prenda, que no haya combustible para que arda la superficie y se produzca otro conato, porque al final a la Unidad el sufrir un conato le afecta, porque suspenden sus ejercicios de tiro y se tienen que dedicar a la observación del incendio».
Limpieza. Aunque en ocasiones se produce algún fuego a causa del lanzamiento de proyectiles, lo cierto es que en el Cenad son muy cuidadosos con la prevención de incendios. De hecho, todo el personal recibe formación contra incendios, como señala Latorre. «Todo nuestro personal de tropa, entra en los turnos de retenes contra incendios, con lo cual todos tienen su equipamiento individual y su formación básica de lucha contra incendios, que nos la dan con cursos que organiza la UME (Unidad Militar de Emergencias). Nosotros solemos acudir a su batallón de Bétera en Valencia para los cursos básicos que organizan para la lucha contra incendios».
De hecho, el personal de la UME acude todos los años al campo de maniobras chinchillano para realizar prácticas, que permiten mejorar la seguridad de las instalaciones. «El batallón número uno de la UME de Torrejón (Madrid), vino al Cenad del 31 de mayo al 7 de junio, como suelen hacer y nos hicieron los trabajos habituales de repaso y mantenimiento de cortafuegos, algún vial y en algún camino de los que se usan para los medios contra incendios también nos arreglaron algunas necesidades de escorrentías y otras necesidades que tienen los caminos. Lo que no pudieron hacer este año fueron quemas controladas, porque esa semana de junio en la que vinieron fue lluviosa y como el campo estaba muy húmedo, se dedicaron más a trabajos preventivos. A nosotros siempre nos viene muy bien todo lo que hacen y ojalá vinieran más a menudo».
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