Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Cremá de esperanza

20/03/2025

Ayer estuve de nuevo escuchando a Alsina desde Valencia y la emoción se me agarró a la garganta. En el día grande de las Fallas, cuando por la noche se celebra la gran cremá que reduce todo a cenizas, los valencianos daban gracias por seguir vivos después de la tremenda riada de octubre. «Al fin y al cabo, lo único que hemos perdido es todo material, pero conservamos la vida», comentaba alguno de ellos. El micrófono de Onda Cero volvió a ser testigo de la reconstrucción y muy especialmente de lo que las Fallas han significado este año. Como muy bien indicaba otro interviniente, las fiestas han cumplido su misión social e ilusionante. Han hecho que recuperen el ánimo y las ganas aquellos que perdieron buena parte de lo que fueron o construyeron en sus vidas. Uno escuchaba radio y encontraba fuerza, mientras que ese mismo dial horas antes contaba la batalla política y daban ganas de tirar la toalla.
Las cenizas, el humo, el fuego, la nada a la que quedan reducidas las Fallas nos recuerdan lo efímero de la vida y lo rápido que pasa el tiempo. Ya hemos quemado todo lo malo del invierno y está lista una nueva primavera para que brote aquello que estallará en la mirada. Qué curiosa paradoja que en la tierra del fuego haya sido el agua la que haya devorado todo. Incluso las ganas de quienes se pusieron manos a la obra en la reconstrucción. Lo de Valencia ha sido la demostración del Estado fallido en que nos hemos convertido con la derivación y multiplicación de competencias. La diatriba política de ahora sólo tiene sentido desde el punto y hora en que cada uno quiere que el otro arda antes que él. Sánchez dejó a Mazón que se cociera y la derecha lo está asando, mientras que el galgo de Paiporta se sabe arriba con la sartén por el mango pese a decir que quien quisiera ayuda, debía pedirla. Por eso Vox se frota las manos, aunque delire con Trump y Putin. Porque saben del hartazgo de los ciudadanos y juegan también al Estado fallido. Abascal, que le hace el caldo gordo a Sánchez al tiempo que abrasa a Feijóo, lo dijo de forma clarividente. Cuando el Estado falla, es el tiempo de la nación. Y fueron los voluntarios los que vinieron de todas partes de España cuando el Ejército vergonzosamente no acudió. «Los bomberos de Fuenlabrada pararon en casa tras la riada cuando coloqué arriba una bandera de España y nos dijeron qué necesitábamos», dijo uno de los afectados ayer. Naturalmente que el pueblo salva al pueblo para vergüenza de esta partitocracia. El Ninot Indultat ya sabemos cuál ha sido y el precio que ha habido que pagar por él. Pero lo interesante de una Cremá es ver cuál es la última figura que arde. Y ahí, me da la impresión, que a más de uno se le helará la sangre.