Sánchez dijo en una ocasión que si gobernara con Podemos no conciliar el sueño. Fue la primera de sus mentiras, porque gobernó con Podemos y no dio señales de que durmiera mal. Sin embargo Carles Puigdemont sí le está provocando pesadillas, sin tener claro que si el chantaje de Puigdemont es puro teatro o, como empiezan a barruntar algunos destacados socialistas, no va a ceder y vamos a elecciones.
Se huelen los nervios en el mundo sanchista. Puigdemont no ha llegado al acuerdo deseado con Cerdán después de obligarle a viajar nuevamente a Bruselas, las redes sociales están incendiadas con comentarios que presentan a Sánchez como un hombre sin dignidad… y la presidenta del Congreso se ha visto obligada a convertir los festivos en días hábiles porque el tiempo se echa encima y la investidura podría convertirse en una quimera.
En estas semanas de nervios en la familia socialista, sobre todo en la familia monclovita, se ha visto que los españoles ya no se resignan a esperar, quietos, los acontecimientos. Muestran su indignación ante el hecho de que prófugo de la Justicia y un puñado de dirigentes condenados por sedición y malversación, sean los que decidan su futuro negociando con un presidente de debilidad manifiesta. Aunque suele resucitar cuando se le daba por muerto.
Esos españoles ya no están anestesiados como siempre, sino que empiezan a enseñar las uñas. Y no son de derecha y centro derecha, en las manifestaciones multitudinarias de los últimos días no solo había votantes del PP y Vox, sino miles de votantes del PSOE que han perdido la confianza en Pedro Sánchez y que empiezan a pensar, después de ver cómo Puigdemont impone su criterio, que prefieren un gobierno con el apoyo de Vox que un gobierno de Sánchez con partidos de trayectoria y de presente que causa sonrojo.
Destacados articulistas siempre posiciones al lado del PSOE, se ensañan con el sanchismo, el manifiesto de jueces, fiscales, catedráticos y abogados de prestigio contrarios a la amnistía incluyen nombres que siempre se movieron en el área socialista, y los "pásalo" con el que históricamente miembros del PSOE invitaban a manifestarse ante las sedes del PP, ahora se utiliza para convocar a manifestarse ante las sedes del PSOE.
El PP además se ha puesto en posición de emergencia. Ha hecho las cuentas para que todos los españoles conozcan lo que les costará financiar los privilegios que los independentistas catalanes han arrancado a Pedro Sánchez y además ha organizado ya la estrategia a seguir en el Senado cuando llegue la ley de amnistía, para conseguir que se retrase su tramitación durante semanas o incluso meses … lo que llevará al límite la tensión entre Moncloa, Waterloo y la Generalitat.
La España moderado ha despertado de su letargo y hace suyo el comportamiento habitual de la izquierda: la protesta a voces, los manifiestos, manifestaciones, pancartas, artículos y maniobras parlamentarias para bloquear una ley que la mayoría de los españoles consideran detestable. Humillante.