La Catedral de Albacete acogió un concierto extraordinario de órgano y orquesta de cámara, organizado por la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (Amithe), con el patrocinio de la Diputación Provincial de Albacete, y con la colaboración de la parroquia de San Juan. Un concierto que contó con la presencia, entre otras autoridades, del presidente de la Diputación, Santiago Cabañero; y la concejal de Cultura, Elena Serrallé, que acompañaron a Javier López-Galiacho, presidente de Amithe, en esta cita tan singular.
Un concierto, para el que la Catedral se quedó pequeña, por la gran asistencia de público, bajo el título Albacete une dos monumentos: la Catedral (1515) y el Teatro Circo (1887). El objetivo, según confirmó el presidente de Amithe, Javier López-Galiacho, difundir el valor monumental de ambos lugares, a la vez que se impulsa el carácter de patrimonio mundial de la arquitectura teatral circense del Teatro Circo, como el doble escenario polivalente más antiguo del mundo.
El concierto extraordinario fue interpretado, desde el órgano catedralicio, por una de las figuras europeas de este instrumento, el profesor cántabro Luis Mazorra Incera, quien a la vez dirigió a la orquesta de cámara, la Friedenscamerata, formada por acreditados músicos de en prestigiosas formaciones musicales, con un programa titulado La música de gran órgano en torno a dos genios, Handel y Frank que, además de incluir conciertos de ambos, también se oyeron otros de Lemmens, José de Torres, Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach y Juan Bautista Cabanilles. Un concierto que constituyó un gran éxito, por la respuesta del público y las interpretaciones de la Friedenscamerata, dirigida por Luis Mazorra.
El presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, destacó que «hoy es un día muy especial para la ciudad y la provincia de Albacete, en primer lugar, para lo que hemos venido, tenemos un magnífico espectáculo musical con la Friedenscamerata, dirigida por Luis Mazorra, que podría estar en cualquier Catedral del mundo; es un lujo tenerlo en Albacete. Segundo, porque la Diputación, entre sus funciones tiene, seguramente la más bonita, ser embajadora de esta tierra y hoy pediría que todos seamos embajadores del Teatro Circo. El espíritu de la Catedral de Albacete y del Teatro Circo, se unen con el de la ciudadanía de Albacete».
Recordó Santiago Cabañero que el Teatro Circo renació por voluntad de los albacetenses, se libró del derribo y «va a ser Patrimonio de la Humanidad gracias también al trabajo de los albacetenses van a hacer. Ahora nos toca remar todos juntos para que esto sea una realidad más pronto que tarde».
Amithe, es impulsora de esta candidatura y como confirmó su presidente, Javier López-Galiacho, «contamos con el apoyo de las instituciones» y «hoy tenemos aquí la visita de asesores técnicos de la Unesco».