Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Lo de Cataluña tampoco es normal

10/05/2024

¿El domingo se vota en Cataluña y no creo haber tenido una sola conversación sobre el tema fuera de la burbuja periodística. Que la gente siga unas elecciones autonómicas con distancia y apatía es una excelente noticia, una vuelta a como deberíamos tomarnos las cosas.
Pero no es, no nos engañemos, una vuelta a la normalidad. Ni hay motivos para pensar que han sido aplacados esos demonios. La mera imagen de Puigdemont y Junqueras protagonizando actos políticos es como esas películas de David Lynch donde aparecen conejos tomando el té. Un aburrimiento inquietante.
Es verdad que la campaña ha sido plomiza y no ha conseguido electrificar a nadie fuera ni dentro de Cataluña. Más allá de la aparición de una nueva ultraderecha, la de Silvia Orriols, no había nada que llamara la atención. Candidatos conocidos, discursos ya escuchados, idénticas trampas dialécticas. Un tostón.
Con la excepción, quizá, del enfoque sobre la inmigración. Viene a confirmar que Cataluña se está convirtiendo otra vez en la puerta de entrada de fiebres políticas ya endémicas en medio planeta. Recuerden que cuando irrumpió el sentimentalismo populista, en el resto de España no dábamos crédito a algunas de las imágenes que llegaban de allí. Y ahora están a la orden del día en todos lados.
La actitud de Feijoo al respecto, por cierto, ha sido para muchos la mayor decepción de la campaña. No solo por lo que ha dicho, sino por la torpeza de poner el foco en el asunto estrella de su rival, que sostiene un mensaje mucho más claro y contundente. Quienes saben de esto dicen que es de primero de campaña: nunca le pongas un altavoz a los mensajes de tu contrincante. Lo decía Mark Twain: «Te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia».