La Sección Segunda de la Audiencia Provincial celebró ayer la tercera sesión del juicio contra un hombre que se enfrenta a 12 años de prisión por violar a un amigo y a prisión perpetua revisable por acabar con su vida.
En la misma, declararon varios marroquíes amigos de la víctima, entre ellos la última persona que habló con él antes de que el acusado acabara con su vida.
En este sentido, el testigo comentó que habló con la víctima la noche en la que se cree que murió. La llamada se produjo sobre las 23,25 horas y en la conversación el fallecido le pidió dinero y el testigo le dijo que le prestaría cuando cobrara, porque estaba trabajando en un pueblo de Ciudad Real.
En dicha conversación la víctima le dijo que estaba en la caseta de la torre de la luz en la que habitaba y donde se encontró el cadáver. Además en la conversación escuchó la voz del acusado A.S., que reconoció, ya que incluso llegó a saludarle.
El testigo conocía a la víctima de Marruecos y al acusado de haberlo visto un par de veces en Albacete. El lugar donde se cometió el crimen también lo conocía porque fue quien se lo enseñó a la víctima e incluso llegaron a dormir allí juntos alguna noche. Por último, manifestó que el fallecido se ponía violento cuando bebía y que no sabía si se drogaba.
Más testigos. También declaró otro marroquí que trabajó con el fallecido un par de días, aunque no fue al tercero, porque ya estaba muerto.
Este testigo comentó que trabajando con la víctima, el día del crimen, le escuchó hablar con una persona, que se llamaba como el acusado y que le dijo que cogiera cervezas.
Tres días después, cuando iba en bicicleta, vio al acusado sentado en el suelo junto a la Policía y a una ambulancia con una herida en la cara. Al encontrárselo otro día en el comedor social, le preguntó por lo sucedido y por la víctima, que llevaba desde el día de los hechos con el teléfono apagado. Sobre la incidencia con la Policía dijo que había tenido una pelea en Las 600 y sobre el fallecido, le dijo que se lo había llevado la Policía, cosa que los agentes negaron que hubiera sucedido en su declaración del jueves.
Por último, dijo que el fallecido jugaba mucho y que por eso él le guardaba el pasaporte.
Otro de los testigos que prestó declaración fue el hermano de la víctima, que residía en Murcia y que tras ver que llevaba tres días sin entrar en Whatsapp y con el teléfono apagado, llamó a amigos que tenía en Albacete, para que fueran a verle.
Además señaló que había vivido con su hermano ocho meses en Albacete y que no tenía ningún problema de adicción y que tuvo un hijo del que desconocía su paradero.
El último marroquí en declarar fue el que encontró el cadáver, que señaló que acudió al lugar, junto a un primo suyo, porque el hermano de la víctima se lo había pedido. Al llegar llamó a la víctima que, lógicamente, no contestó, por lo que entró en la torreta.
Allí encontró a la víctima tapada con una manta y con la cabeza tapada con una cazadora y encima una naranja, por abajo se veía su pie. Como no contestaba a sus palabras, levantó la cazadora y observó como el cuerpo tenía mordeduras de animales, probablemente ratas y se dio cuenta de que estaba muerto por lo que él y su primo fueron a llamar a la Policía.
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