En una ocasión titulé en esta columna que el empresario albacetense Roberto Arcos era un «Sir de La Mancha». Con su porte inglés y sus maneras anglosajonas, Roberto podía pasar por un Lord inglés. Esta tarde, el Ayuntamiento de Albacete ha decidido homenajearle en el Día de los Mayores de nuestra ciudad. Roberto sucede con merecimiento a otro grande de nuestro comercio e industria, Vicente Mompó, quien fue homenajeado el pasado año. Roberto no solo ha desempeñado con éxito su tarea empresarial al frente en su día de una firma de cuchillería como es Arcos Hermanos, sino que también ha impulsado el comercio y la industria de nuestra ciudad y de la provincia. Junto a sus hermanos Ana y Pedro, han colocado a Arcos en lo más alto de su sector a nivel internacional. He sido testigo de cómo sus cuchillos dan la vuelta al mundo y adornan las mesas de muchos restaurantes del mundo. A la familia Arcos les tengo un cariño especial. En 1995, Antonio Herreros, el de Casa Herreros de la calle Mayor, me dijo que el patriarca don Gregorio Arcos quería verme como presidente de la recién fundada Asociación de Amigos del Teatro Circo y me citó junto a Parreño y Piñero, en su sede de Campollano. Don Gregorio nos extendió un cheque. «Que no os falten los medios para luchar por el Teatro circo, pues la pasión ya la ponéis vosotros», nos dijo tras firmarlo. El patriarca no quería ver el Teatro Circo demolido, recordándonos cómo en su escenario vio bailar en la II República al mismísimo general Lister con la escultural vedette Nelly de Plata. Gracias a don Gregorio y luego a sus tres hijos, con la especial cercanía estos años de Ana Arcos, pudimos colaborar no solo en su recuperación, sino en seguir concediendo los premios teatrales de Amithe como el Pepe Isbert y el Gregorio Arcos. Roberto Arcos recibirá hoy el merecido reconocimiento de su ciudad, a la que quiere y ama. Solo queda felicitarle y que lo disfrute junto a la mujer de su vida, Pepi, y a sus hijos Inma, Sara, Roberto y sus siete nietos. Además, el homenaje se celebrará en el Teatro Circo por cuya recuperación y promoción, doy fe, tanto han hecho los Arcos. Sus padres, Gregorio y Luisa, seguramente dejarán escapar una lagrimilla desde el palco proscenio del Cielo.