Ya estamos ante la primera cita del año con las urnas. Las elecciones gallegas, el próximo domingo, abrirán el juego electoral de este 2024 en un feudo tradicional y conservador de una región con peculiaridades muy marcadas a la hora del voto, aunque esta vez la campaña ha tenido mucho más de fondo nacional que de contenido puramente gallego. ¿Alguien ha oído hablar de Galicia y de sus temas propios en esta campaña? Es evidente que no, muy al contrario, todo ha sido fundamentalmente en clave nacional y especialmente en esta última semana de campaña y tras el giro copernicano que Feijóo ha dado en torno a la amnistía, los indultos y sus contactos con los catalanes independentistas de Junts. Un desliz que ha sido un balón de oxígeno para sus adversarios políticos y una bomba de relojería que he estallado en sus propias filas. De momento Ayuso ya ha rechazado cualquier tipo de indulto por muy condicionado que sea; la presidenta madrileña ha sido categórica: «Con ellos -por Junts- ni a la vuelta de la esquina». Como se ve, una opinión más que rotunda y frontalmente opuesta al giro deslizado por Feijóo.
En esta extraña y diabólica situación en que se zarandea la política española las urnas tendrán de nuevo voz este domingo. Se vota en Galicia, pero la más importante lectura del enunciado de las urnas se realizará en clave nacional, sobre todo para un PP que se juega el lograr una mayoría absoluta que de no alcanzar se metería en un charco que salpicaría más que a nadie al propio Feijóo, quien con su giro en el momento más inoportuno necesita más que nunca esa victoria en las urnas que lo refuercen ante las sombras alargadas que sobrevuelan en el horizonte.