Sin duda, es siempre curioso el estudio semántico de nuestro lenguaje. Y lo es, porque igual que se aceptan los términos procedentes de otras lenguas, sobre todo anglicismos o galicismos, actualmente demasiados en el uso cotidiano de nuestro castellano, hay también términos o palabras que teniendo un origen de mucha antigüedad, han dejado de usarse o se han usado siempre demasiado poco.
El español es una lengua muy rica y con un gran número de palabras para definir conceptos casi idénticos. Entran ese grupo definido como 'palabras raras', cuyos significados suelen ser curiosos y de gran sutileza e interés a pesar de ser muy poco utilizadas.
Algunas como acecinar (salar las carnes), agigolado (el que se ahoga en un vaso de agua), arrebol (efecto solar en su proyección sobre las nubes), garambaina (adorno de mal gusto), jerapellina (vestido viejo y andrajoso), hasta cientos.
Pero me viene a colación, tratando esta curiosa reflexión, las palabras teorema e hipotenusa, que quedaron en nuestra mente de adolescente cuando fue necesario aprenderlas durante los estudios de la EGB o de la Secundaria como parte del conocidísimo 'teorema de Pitágoras', del que ahora apenas mencionamos.
Todos memorizamos su nombre y lo atribuimos al gran sabio griego del siglo IV a.C. Pitágoras, relacionado con la geometría euclidiana, pero ahora bien poco utilizamos dichos términos. ¿Cuándo expresamos la palabra teorema en nuestro lenguaje coloquial? y mucho menos, la palabra hipotenusa, solo y bien solo, utilizada dentro de este concepto ecuacional, matemático y vectorial, del que poco damos uso.
Sin duda, todos los buenos matemáticos conocen y utilizan adecuadamente teorema e hipotenusa, y la ciencia agradecida está de ello por el valor conceptual que predeterminan y sostienen, pero cierto es, que poco aparece en nuestro lenguaje de comunicación y muchas personas, desgraciadamente, desconocen el significado. Todo ello forma parte de esa gran riqueza que nuestro lenguaje posee y sin duda, de los valores semánticos, esos cambios de significación que se han operado en las palabras y que como rama de la lingüística opera en el plano sincrónico. Siempre aprendemos algo nuevo.