Sínodo: Acogida incondicional

Redacción
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Monseñor Francisco Conesa, obispo de Solsona, visitó la ciudad para compartir con sacerdotes y laicos su experiencia en la asamblea convocada por el papa Francisco, en la que se trataron muchos temas de importancia

Monseñor Francisco Conesa, durante su reunión en Albacete. - Foto: MCS

El obispo de Solsona, Monseñor Francisco Conesa Ferrer, es uno de los tres obispos españoles participantes en las Asambleas del Sínodo convocadas por el Papa Francisco. D. Francisco Conesa ha estado en Albacete para compartir, con sacerdotes y laicos, su experiencia en el Sínodo. 

El obispo comenzaba su exposición partiendo de los inicios del Sínodo de Obispos que es una institución creada por el Papa Pablo VI en el año 1965. Desde entonces se reúnen cada cuatro años y se han tratado temas muy importantes como el laicado, la vida religiosa, el sacerdocio, la misión de la Iglesia, etc. El Papa Francisco le ha querido dar un giro a estos encuentros para crecer en sinodalidad. Por ello, afirma D. Francisco Conesa, «el Papa ha promulgado la Constitución Apostólica Episcopalis Communio con dos novedades significativas. La primera, la participación activa del Pueblo de Dios en la fase de escucha realizada a nivel mundial. La segunda, la inclusión de miembros no obispos en las Asambleas del Sínodo. Con el Papa determinando su participación y función». Reconoce monseñor Conesa que esta apertura ha generado discusiones sobre la colegialidad y sinodalidad en la Iglesia porque algunas Iglesias de Oriente han expresado su preferencia por un Sínodo exclusivamente de obispos. 

Para el obispo de Solsona, es bueno recordar que el sínodo es un proceso consultivo y de discernimiento, cuyas conclusiones se presentarán al Papa como propuestas para la vida de la Iglesia. Durante el sínodo se ha dado la importancia de vivir el discernimiento comunitario enfocado en escuchar juntos la voz del Espíritu para determinar lo que es bueno para la Iglesia actual y cómo hacerla crecer. El sínodo es un acontecimiento espiritual, marcado por la oración y la reflexión sobre textos relacionados con el Espíritu Santo. El sínodo ha tenido una naturaleza ecuménica con la participación de cristianos no católicos.

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