El ciclo de conferencias programado por la Base Aérea de Los Llanos para conmemorar los actos del 50 aniversario del Ala 14 en la ciudad prosigue hoy con la ponencia titulada 50 aniversario del Ala 14, Mirage F-1, el comienzo de una gran historia, que correrá a cargo del coronel de la Subdelegación de Defensa en Albacete, Miguel Ángel de la Torre Solís. 

Al igual que la primera conferencia impartida por el coronel de la Base, Ignacio Zulueta, la de hoy también tiene como objetivo visibilizar el trabajo que se realiza en la instalación militar y el papel en la defensa del espacio aéreo que juega. 

Le toca hablar de la parte más histórica de la unidad que este año cumple 50 años, ¿qué destacaría de este medio siglo de historia del Ala 14?

Tal y como voy a exponer hoy en mi conferencia hablaré de la influencia del Mirage F-1, lo que yo considero que es el comienzo de la gran historia del Ala 14. Es cierto que en estos 50 años de la unidad hay que destacar aspectos muy importantes, como es la estrecha relación que tiene la Base con la ciudad de Albacete, que es una de las claves del éxito de esta unidad; el impulso tecnológico que ha tenido la unidad y que se ha transmitido a la ciudad y estoy convencido que también se ha extendido a lo que es el polígono y a todas las empresas de la ciudad y la presencia internacional que ha dado el Ala 14 en estos 50 años a la ciudad de Albacete por el mundo entero.

¿Cómo recuerda la llegada de los aviones Mirage  F-1 a la ciudad y cómo fue su adaptación?

La unidad se creó el 1 de junio de 1974 y los aviones Mirage F-1 fueron llegando entre los años 1975 y 1983. Son 10 años y es en este período donde se produce el gran salto tecnológico,  tanto en la Base Aérea como en la Maestranza.

Se trataba de aviones nuevos y para aquella época suponía un salto cualitativo a nivel tecnológico. En esos 10 años iniciales la unidad del Ala 14 fue capaz de ir adaptando, cambiando, creando infraestructuras nuevas, mejorando todo el funcionamiento de la unidad, tanto en mantenimiento como en la preparación de los aviones, y es lo que le ha dado una base muy importante al Ala 14, que es la que conserva hoy en día con las aeronaves actuales, con los Eurofighter.

¿Qué supuso para la Base la llegada del Mirage F-1?

Una de las contraprestaciones de España cuando compró a Francia estos aviones fue la de ser capaz de trabajar a nivel orgánico todo lo que es el mantenimiento y el desarrollo  del avión, y en ese sentido la institución militar francesa siempre nos apoyó. Eso supuso nuevos hangares, bancos de pruebas, talleres, laboratorios, no sólo al Ala 14 de la Base, sino también a la Maestranza, que dio un salto cualitativo muy importante, porque pasó de dedicarse a aviones de transporte, que en aquella época eran menos complejos, a pasar a ser responsable de todos los aviones de caza del Ejército del Aire. 

¿Cuándo desapareció de la unidad de la Base el Mirage F-1?

El Mirage F-1 se dio de baja del Ejército del Aire en diciembre de 2013, esta aeronave ya no está operativa. De hecho, hay una parte de los últimos aviones que estuvieron en funcionamiento hasta ese momento que se vendieron a una empresa americana y les dio un uso como aviones de entrenamiento para la fuerza aérea americana. Todavía, a día de hoy, esas aeronaves siguen volando en el continente americano. 

La retirada de los Mirage F-1 se remplazó con los Eurofighter  en la Base, ¿o convivieron una época?

El Eurofighter se solapó con los Mirage F-1 durante todo el año 2013 y ha sido un digno relevo de los Mirage F-1. Es más, su llegada ha vuelto a suponer otro salto tecnológico muy importante, porque es un avión de última generación compartido por países aliados de la OTAN, como Alemania, Italia y Reino Unido, y ha vuelto a suponer otro empujón de calidad a todo el trabajo que se hace en la unidad, además de mantener el ritmo de ejercicios, maniobras o presencia en la policía aérea del Báltico, que hace que la unidad siga estando presente en todo el mundo.

¿Cómo es la convivencia con el TLP?

Esa convivencia es muy buena. Hay una relación muy estrecha, la Base apoya la realización de los cursos del TLP y la relación, como no podía ser de otra manera, es excelente.

Desde que vino el TLP a la Base y han ido engrasándose todos los procedimientos, vuelve a poner a Albacete en el panorama internacional, ya no sólo por lo que hace el Ala 14, sino también por los cursos del TLP que se realizan en la ciudad y lo bien que resultan. 

El Ala 14 cumple medio siglo de existencia, ¿cómo ve su futuro?

Yo veo una unidad como es el Ala 14 con mucho futuro. Si hubo un momento con el F-1, que empezó el avión a estar fuera de la órbita del F-18, de los aviones modernos, la unidad con el Eurofghiter ha recuperado todo su esplendor. Tiene mucho futuro por delante porque es una unidad puntera.

El programa Halcón si al final se decide que venga al Ala 14 de la Base de Albacete va a suponer otro salto tecnológico muy importante, porque es una serie nueva del Eurofghiter, todavía más moderna, más actualizada y con muchas mejoras tecnológicas, con lo cual el Ala 14 de confirmarse este proyecto seguirá siendo una punta de lanza de la defensa aérea española. 

¿Considera que la ciudad de Albacete y sus ciudadanos respetan y quiere a la Base y a sus militares?

Sin ninguna duda. Yo vine como capitán al Ala 14 de la Base Aérea en el año 90 y ya me he afincado en esta ciudad. Cuando yo viene hace 34 años la ciudad me acogió con los brazos abiertos y eso no puede ser más que por la buena relación que existe entre el Ala 14 y la Base, la Maestranza Aérea y ahora más recientemente el TLP.

Yo creo y estoy convencido que la ciudad nos ve como lo que realmente somos: un centro tecnológico que damos trabajo a muchas familias y contribuimos a la apuesta internacional de la ciudad y al desarrollo tecnológico.