La verdad es que no me lo podía creer. El premio de Relato Corto circunscrito al Género Histórico y a la historia de España ha pulverizado todos los récord de participación popular. ¡1179 obras presentadas en su primera convocatoria! Ha superado, salvando todas las distancias, hasta al premio Planeta en términos de participación. No ha sido tampoco manco el de pintura, que ha llegado a los 255 cuadros presentados. Y ello con las restricciones de la temática, de la nacionalidad, solo españoles o residentes en nuestro país y en nuestra lengua común y la premura de tiempo, se convocaron  hace poco más de dos meses, el 6 de noviembre.
 Estoy, y lo conocen bien los lectores, muy implicado en el proyecto. De hecho Puy du Fou me ha hecho el honor de hacerme partícipe del mismo y permitirme embarcarme en esta colosal aventura cultural. Conociendo el vigor y la potencia de sus propulsores, este año un nuevo listón superado en visitantes, más de millón y medio, se podía esperar una buena respuesta. Pero esto ha superado y les diré que hasta más que cuadriplicado las mayores expectativas. Ý ello, más allá de la alegría por el éxito, me hace ponerme a pensar.
¿Cuáles son las razones profundas de esta increíble respuesta? Pues creo que una es la esencial. Los españoles estamos dando y cada vez más una respuesta a quienes han hecho de arrastrar por el fango a nuestra historia y a nuestros propios abuelos, pues eso es lo que algunos llevan años haciendo y cada vez con mayor inquina, toda una doctrina y hasta una seña de identidad. Para ellos 'progresista', pero en realidad, dictada por el sectarismo ideológico, ignorante, antihistórica y mendaz. 
 Los españoles queremos conocer cada vez más esa historia que nos quieren ocultar, tergiversas y borrar. Y no hacen falta leyendas rosas para confrontar con hechos y veracidad la Leyenda Negra, sino que sobra con el conocimiento y el acercarse a nuestro pasado sin la antojera estúpida de verla y juzgarla desde el presentismo actual en ocasiones delirante y ridículo y que solo demuestra la merma mental de quien lo pretende aplicar a quinientos años, un milenio, dos y hasta los tiempos de los neandertales si por ahí les da.
 La pasión por nuestra historia es cada vez más constante y mayor y se hace notar desde los estantes de las librerías a la recuperación y recreación en nuestras ciudades, villas y pueblos de esos pasados como parte de nuestro recuerdo y acerbo común. Y, desde luego, en esta enorme riada de autores y artistas, supongo que buena parte de ellos jóvenes, que se han lanzado a participar en esta primera fiesta, porque ya lo es, de la literatura y la pintura histórica, algo que siempre fue un genero mayor en nuestras letras y en nuestra plástica, desde Velázquez a Galdós. Y no serán solo estos premios, que se extenderán a otras categorías, sino que se continuarán también en una impactante Feria del Libro Histórico, que tendrá lugar en el Parque toledano y donde se darán cita los grandes autores del sector.
 Me permito, por último, el señalar que en la calurosa acogida, creo que también ha tenido que ver el compromiso absoluto, público y solemne de una total limpieza en su concesión. El anonimato de todos cuantos se han presentado y de los jurados es,  amen de una firme voluntad, la salvaguarda de tentaciones y presiones que los pudieran enturbiar. Los nombres de los ganadores y de quienes los han elegido no se conocerán hasta que no se abran las plicas de quienes ha sido considerados merecedores del premio. A ellos habrá que darles entonces la enhorabuena después de tan dura competición y hoy ya, a todos cuantos se han presentado, hacerles llegar nuestra mayor gratitud.