Según se van conociendo los datos de la DANA a su paso por Letur sale a la luz la excepcionalidad de lo ocurrido el pasado martes a partir del mediodía. Los medidores del caudal del río Segura en la entrada del embalse de Cenajo registraron que en 10 horas entraron en este pantano nueve hectómetros cúbicos de agua y lodos el martes a partir de la riada. Si se tiene en cuenta que las precipitaciones en la zona no fueron abundantes ese día, esta crecida procede del afluente del río Segura, el río Letur. El casco antiguo de la localidad letureña tuvo que soportar ese caudal inaudito, lo que provocó el colapso de varias edificaciones y la tragedia en vidas humanas.
El incremento de caudal se dividió en tres riadas. Las dos primeras llegaron en torno al mediodía, siendo la primera la más catastrófica, ya que la población no estaba advertida de su llegada. Pocos minutos después apareció la segunda, pero la que más virulencia alcanzó fue la tercera, ya entrada la noche, que es la que causó mayores daños materiales en la localidad. Además, estas riadas no tuvieron un solo recorrido, ya que a su llegada al casco urbano se dividió en tres cauces, siendo la de la calle Barranco su salida natural y principal, pero hubo otras dos secundarias que recorrieron diversas calles del casco urbano, una de las cuales se encauzó hasta llegar a unos antiguos molinos hidraúlicos.
Según diversas fuentes oficiales, en la sierra situada por encima de Letur, en el término municipal de la localidad murciana de Moratalla cayeron aquel día 237 litros por metro cuadrado, una cifra de récord, que fue desagüada a través del casco histórico de Letur con el resultado de incalculables daños materiales, la pérdida de la vida de una mujer de 92 años y la desaparición de cinco personas más.