La ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, rechazó hoy junto a su homólogo egipcio, Sameh Shukri, la posibilidad de que los palestinos de Gaza y Cisjordania se vean desplazados por Israel, un extremo que aseguró no aceptarán.
"Lo digo con claridad, no aceptaremos el desplazamiento, no lo aceptaremos en Cisjordania, no lo aceptaremos en la Franja de Gaza. Hay que reafirmar que los palestinos tienen sus territorios en Gaza, y no se debe permitir que entren refugiados de Gaza hacia Egipto porque esto afectaría los intereses nacionales de Egipto", aseguró en una rueda de prensa en El Cairo.
La jefa de la diplomacia alemana, que hoy viajará también al paso fronterizo de Rafah entre Egipto y el territorio palestino, afirmó que "Cisjordania y Gaza son para los palestinos, y no se puede desplazarlos de Gaza o expulsarlos de Cisjordania, y es una responsabilidad conjunta que asumimos".
Indicó que hay que pensar en el "futuro y la paz, aunque parezca difícil", y que ambos países están de acuerdo que la paz sólo se conseguirá con la "solución de los dos Estados".
También subrayó la importancia de las treguas humanitarias "con el fin de conseguir un alto el fuego a largo plazo a todos los niveles y de todas las partes".
Por su parte, Shukri señaló que para "poder superar la etapa actual y hablar del futuro, hay que tener un alto el fuego para que estas discusiones tenga un sentido".
Incidió que se debe tratar la solución de los dos estados, pero no sólo que se hable, sino que también se actúe, dijo.
Baerbock realiza una gira por Oriente Medio, que ayer le llevó a Israel y a la Cisjordania ocupada por cuarta ocasión desde que estalló la guerra.
Alemania, un país muy sensible con Israel por su pasado nazi, ha tendido a cerrar filas con el Estado judío en su ofensiva militar en Gaza.
La guerra estalló el 7 de octubre con un ataque de Hamás que causó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados en territorio israelí, mientras que la ofensiva militar de Israel ha ocasionado más de 23.000 muertos y 58.000 heridos, según autoridades gazatíes, así como dos millones de desplazados -casi toda la población de la Franja-, que viven en medio de una crisis humanitaria sin precedentes.