Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El saque de ‘Parrita’ y Alonso

29/10/2024

Si Emilio Parra Parrita hubiera registrado en los años 70, su grito de animación «¡Alba!», hoy sería millonario. Al Albacete Balompié lo conocen más por ese diminutivo, que por su denominación social. «Hoy juega el Alba», se dice. «Que casta la del Alba frente al Sporting», se comenta estos días tras la remontada. Antes ya de los tiempos del mítico Albacete Balompié de los 111 goles de los Juanito, Aviles, Ginesín, Mayoral o Leo, por la zona del marcador del viejo Carlos Belmonte, apareció un animador con bombo en mano, llamado Parrita. Enfundada su cabeza en un gorro blanco de lana y vestido con la zamarra del Albacete, Emilio Parra recorría las gradas de marcador,  de los fondos y de la vieja preferencia sin visera de aquel Belmonte con pistas de atletismo, al grito de guerra de «¡Alba!» y al compás de su bombo. Parrita ha sido al Albacete Balompié lo que Manolo el del bombo fue a la selección española. Pero con el valor añadido en Parrita de popularizar el grito de «¡Alba!». Manolo y Parrita siguieron vidas paralelas, porque al igual que el valenciano de la chapela, con tasca abierta en Valencia, Parrita puso en Albacete un pub frente al Pabellón. Los que tenemos más de 50 años siguiendo al Albacete Balompié,  admiramos lo que hizo Parrita por el Alba. En los peores momentos surgía entre las gradas animando a una Afición que surgió del frío como es la del Albacete. Es más, seguro que algún lector o exjugador lo recuerda animando encaramado, jugándose el tipo, desde aquellas primeras torretas eléctricas que dieron luz al Belmonte. En la grada, recordaba ayer con Juanito, estaba este Parrita y a pie de campo se hallaba el incansable recogepelotas Alonso,  quien jugaba a favor del Albacete acelerando o retardando la entrega del balón. Desde estas líneas de La clá, que siempre ha demostrado querer al Albacete Balompié, solicitamos a sus representantes tengan el detalle con Parrita y Alonso, historia viva ambos del Alba, de invitarles a un saque conjunto de honor como homenaje del Club y de la Afición a su entrega por el equipo. Las flores siempre hay que entregarlas en vida. Luego ya es tarde.