«El fenómeno de las personas desaparecidas sin causa aparente es un hecho poliédrico del que cualquier persona puede ser víctima, directa o indirecta. Nadie está exento de que un día nuestros padres, hermanos, parejas e hijos, puedan desaparecer de nuestras vidas sin saber qué les ha podido pasar y, sobre todo, dónde están. Es una situación anímica muy difícil de gestionar, especialmente cuando las desapariciones se prolongan en el tiempo». 

 Así lo asegura el Informe Anual de Personas Desaparecidas que ha hecho público el Ministerio del Interior. Según este informe, en la provincia de Albacete en los últimos cinco años se han denunciado cerca de 900 desapariciones, aunque afortunadamente la mayoría de ellas se resuelven con el hallazgo de las personas.

De hecho, según el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDS), si nos referimos a la duración de las desapariciones, entendiendo como tal el período transcurrido entre el momento de la desaparición y el momento de la cancelación o cese de ésta, los datos observados durante 2023 están en concordancia con años anteriores, puesto que aproximadamente un 66% de las desapariciones se resuelven durante los siete primeros días.

En lo que se refiere al año 2023, en la provincia de Albacete se denunciaron un total de 180 desapariciones, de las cuales 98 correspondieron a hombres que no regresaron a sus hogares, mientras que las 82 restantes fueron desapariciones de mujeres.

Afortunadamente la gran mayoría de personas fueron halladas o regresaron a sus hogares, ya que a fecha 1 de enero de 2024 sólo quedaban activas siete de esas desapariciones.

 Si nos referimos únicamente a las siete desapariciones que quedaban activas al acabar 2023, hay que señalar que es el número de desapariciones activas más alto de los últimos cinco años, puesto que 2022 acabó el año con cuatro desapariciones activas de las puestas en ese año, 2021 con una (de un menor), 2020 con una y 2019 con otra.

En cuanto al sexo de las personas, cabe destacar que de las siete personas desaparecidas al acabar el pasado año, tres de ellos eran hombres y cuatro mujeres.

Por edades, el estudio señala que dos de los desaparecidos eran mayores de edad, concretamente dos hombres, mientras que había un menor de edad varón y cuatro chicas menores de edad.

En lo que se refiere a los varones, uno de ellos tenía entre 36 y 64 años, otro entre 18 y 35 y el tercero tenía entre 13 y 17 años. En cuanto a las cuatro chicas, todas ellas tenían entre 13 y 17 años.

Según el estudio todas las desapariciones que seguían activas al acabar el año se produjeron de forma voluntaria.

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