Han sido dieciocho medallas las conseguidas por España en los Juegos Olímpicos en París. El balance no ha sido malo para el deporte nacional, pero tampoco excepcionalmente bueno cuando se esperaba rebasar definitivamente la cifra de 22 metales alcanzada en la mítica cita olímpica de Barcelona-92. Fue un hito que desde entonces sigue sin igualarse, y mucho menos superarse, 32 años después. Dicen las cifras que manejan los expertos que la inversión deportiva en España, que para aquellas Olimpiadas en Barcelona alcanzó sus dígitos record, no ha hecho más que ir cada vez a menos año tras año. Han pasado tres décadas desde aquellos inolvidables Juegos y parece como si se hubiese olvidado que sin una apuesta ambiciosa por el deporte y su financiación no cabe esperar resultados y que probado queda que, muerto ya el viejo espíritu del deporte olímpico amateur, la historia solo se recrea con los ganadores.
Entre esos ganadores que han acumulado medallas de oro, plata y bronce en estas dos olímpicas semanas, por cierto, se encuentra una firma empresarial que alardea por todo el mundo del deporte de ser de Castilla-La Mancha y que ha ocupado su espacio en muchos de los momentos más estelares de los recién finalizado Juegos, conjugando su presencia con la imagen de la victoria, al fin y al cabo el objetivo primordial que se persigue en cada acontecimiento deportivo, y ocupando el papel de proveedor oficial de ropa, calzado y otros complementos deportivos de la delegación española. Fructuoso López, ejemplar empresario y creador de Joma en 1965,  ha conseguido desde París catapultar el nombre de su empresa en el panorama internacional deportivo.