Un guardia civil salva la vida a una persona que se atragantó

Redacción
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El agente de la Benemérita, fuera de servicio, se encontraba con su esposa en un restaurante y al percatarse de la situación realizó la conocida maniobra de 'Heimlich' para liberar las vías respiratorias de la víctima

Fotografía de archivo de la Comandancia de la Guardia Civil.

Un agente del Destacamento de Tráfico de Hellín, perteneciente al Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Albacete, fuera de servicio, auxilió a un varón, de 45 años, vecino de la localidad conquense de Casasimarro, que había sufrido un atragantamiento con un alimento que le obstruía las vías respiratorias.

El agente del Cuerpo, tras observar el atragantamiento, se dirigió rápidamente hacia la víctima para realizarle los primeros auxilios, concretamente la maniobra de 'Heimlich', que tras varias compresiones logró liberar el bloqueo producido por la comida.

Mientras el agente fuera de servicio se encontraba con su esposa en un restaurante ubicado en el término municipal de Hellín, observó cómo una persona que se encontraba en una mesa cercana se levantaba de la silla y trataba de toser al tiempo que realizaba señales evidentes de haberse atragantado con algún alimento.

De forma inmediata, el guardia civil se acercó y comenzó a realizarle los primeros auxilios para conseguir liberar las vías respiratorias, utilizando la maniobra de "Heimlich", consiguiendo, tras varias compresiones torácicas, que el afectado expulsase la obstrucción que bloqueaba sus vías respiratorias, recobrando así la normal respiración.

Gracias a la formación en primeros auxilios de los guardias civiles y a la profesionalidad e iniciativa demostrada en la eficaz actuación, se ha evitado un fatal desenlace.

La conocida maniobra de 'Heimlich' es una técnica de primeros auxilios que consta de una serie de compresiones abdominales, bajo el diafragma, que se realiza únicamente cuando una persona se está atragantando por un bloqueo en las vías respiratorias debido a la ingesta de algún alimento o cualquier otro objeto.

Las ventajas de esta maniobra son que puede realizarse con el auxiliado sentado, de pie o tumbado, llegando incluso a poder realizarla la propia víctima con un objeto saliente que facilite la compresión sobre el diafragma.

Los signos externos de un atragantamiento suelen traducirse en la imposibilidad de respirar, toser o hablar, así como en la tonalidad azulada que presentan los labios o el rostro.