Organizar un mitin electoral en Sacedón y no hablar de agua sería un pecado. Tanto el alcalde de la localidad guadalajareña y candidato a la reelección, Francisco Pérez Torrecilla, como el presidente de la región y también candidato socialista a revalidar el cargo, Emiliano García-Page, no dejaron escapar la oportunidad de explicar lo complicado que ha sido conseguir más agua para el Tajo y sus pantanos de cabecera y censurar que la región no cuenta con una oposición constructiva en este asunto.
En un acto abierto con la ciudadanía eneste municipio ribereño, Page recordó que el candidato del PP a la Presidencia de la comunidad, Paco Nuñez, no se ha preocupado nunca por defender a los pueblos ribereños y su principal problema derivado de la falta de agua: la despoblación.
El presidente autonómico defendió que dice lo mismo, respecto al agua, en Toledo, Guadalajara o Murcia, y da igual si delante tiene a un ministro o un consejero. «Si mañana voy a Galicia o Murcia diré que Castilla-La Mancha, que Guadalajara, que el Tajo empieza a tener justicia y necesita mucha más».
Añadió que si algún día, ahora o cuando deje de ser presidente, alguien le escuchara defender el trasvase, «por favor decirle a la gente y, sobre todo a mis compañeros, que soy un traidor y un mal nacido».
En este punto de su intervención, ante doscientas personas, recordó que Cospedal lo único que hizo por el agua fue aprobar un memorándum «de la vergüenza» y añadió que, por ello, «Castilla-La Mancha no debe nada a Cospedal, lo único que no debe hacer la region es olvidarla».