Editorial

La subida del precio de la vivienda frena el desarrollo

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En los últimos años, Albacete ha sido testigo de un fenómeno que preocupa a sus habitantes: el creciente aumento en el precio de la vivienda. Esta tendencia, que ha alcanzado su punto álgido en el año 2023, que se cerró con una subida del 7,1% con respecto al año anterior, plantea serias interrogantes sobre la accesibilidad a la vivienda en nuestra ciudad y sus implicaciones sociales y económicas.

Es cierto que los 1.323 euros por metro cuadrado que pagamos en la capital están muy por debajo de los 1.963 de la media nacional, no es menos cierto que Albacete no es una de las ciudades más pobladas de España, aunque sí la mayor de Castilla-La Mancha, lo que explica por qué el precio medio de la vivienda en la capital está muy por encima de los 867 euros por metro cuadrado que se pagan de media en la región.

Los profesionales inmobiliarios han empezado a ver un poco de luz en los primeros meses de 2024, donde se aprecia un incremento de la demanda y del número de operaciones que se realizan, sobre todo si tenemos en cuenta que 2023 se cerró con más de un 10% de caída de ventas en la capital albacetense, un dato más que preocupante y que no es más que la prueba que demuestra que los ciudadanos de a pie no pueden acceder a comprar una vivienda fácilmente.

La subida de los tipos de interés, en teoría para frenar la inflación, hace de freno a la hora de decidirse a acercarse a una entidad financiera a pedir un préstamo hipotecario. La constitución de hipotecas cayó cerca de un 20%.

Es más, hay otro dato que indica que para lanzarte a la compra de una vivienda tienes que tener un buen colchó económico: más de un tercio de las ventas realizadas durante el año pasado se pagaron sin hipoteca, es decir, a toca teja. Estamos hablando que las personas que cuentan con una situación económica más que óptima sí que pueden comprar sin pensar en las consecuencias, los otros dos tercios tienen que hacer demasiadas cuentas.

La alternativa a la compra es el alquiler, pero aquí las cosas tampoco están fáciles. Los precios siguen al alza y eso hace que el alquiler de larga estancia, vamos le habitual, esté sufriendo un importante descenso del 17%, mientras que los propietarios optan por alquileres temporales, es decir los turísticos, porque les salen mucho más rentables.

Estos datos nos deberían hacer reflexionar, sobre todo a los políticos que son los que con sus decisiones se supone que deben mejorara la vida de las personas, pero que viendo el percal, no deben tener claro qué significa eso de mejorar.