La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acogió ayer el juicio contra un hombre acusado de intentar matar a otro a navajazos en un establecimiento de la ciudad, en el que el procesado, J.R.R.H., admitió su culpabilidad.
El reconocimiento de los hechos se produjo después de que el letrado de la defensa, Marcos Martínez, alcanzara un acuerdo con la Fiscalía, por el que el Ministerio Público rebajó su petición inicial de seis años y siete meses de prisión a cuatro años y dos meses de cárcel por un delito de homicidio intentado y otro de tenencia ilícita de armas.
Cabe destacar que el acusado ya había abonado el dinero de la indemnización antes de la vista.
Durante el juicio el acusado, además de reconocer los hechos, también pedía perdón a la víctima por el daño que le había causado.
El abogado de la defensa, Marcos Martínez, se mostraba contento con la conformidad alcanzada. «Estamos satisfechos, porque el acusado, ahora condenado, actuó bajo los efectos del alcohol y sustancias estupefacientes y la verdad es que tuvo un lapsus y no se acordaba de nada. Por eso el objetivo nuestro siempre ha sido el reparar el daño y de hecho el Ministerio Fiscal lo apreciaba así en su escrito de acusación y ha rebajado notablemente la pena que pedía».
Además añadía que existía la posibilidad de que el acusado no tuviera que ingresar en la cárcel. «Mi cliente ahora mismo no está en prisión y es muy probable que no tenga que ingresar, porque solicitaremos la suspensión extraordinaria, del artículo 80.1, relacionado con el 3, porque ha sido una pena inferior a cinco años y está sometido a tratamiento, por eso esperamos que no ingrese en prisión».
La confesión. Según reconoció ayer el procesado J.R.R.H. (que ingresó en prisión el día de los hechos, pero que actualmente está en libertad), sobre las 12 horas del 5 de julio de 2022, se hallaba en un conocido restaurante de Albacete, ubicado en la carretera de Jaén, lugar al que había acudido unas horas antes.
En ese mismo lugar se encontraba E.M.M., con el que el procesado mantenía cierta animadversión por motivos no exactamente determinados, -relacionados al parecer con su mujer y una de sus hijas-, y a quien increpó en el interior del bar, manteniendo la misma actitud cuando E.M.M., junto con su acompañante, se dispuso a sentarse en la terraza delantera del establecimiento, al objeto de consumir el almuerzo que habían solicitado.
El procesado seguidamente salió del interior del local hostelero dirigiéndose a la víctima, a la que le dijo: «Va a llegar el día, va a llegar el día», y seguidamente se aproximó a la mesa en la que se hallaba éste encarándose con el mismo y empujándose ambos, cayendo al suelo el acusado, quien levantándose instantes después, sacó una navaja que portaba en el bolsillo del pantalón, de unos 12 centímetros de hoja, y con la clara intención de acabar con la vida de su contrincante, le acometió con la misma en la zona derecha del abdomen. Tratando de evitar el denunciante que le produjera más daños, cogió una silla de la terraza con la que intentó impedir que se le acercara, no logrando la víctima totalmente salvaguardarse al recibir un navajazo en el muslo izquierdo, intentando el procesado efectuar más pinchazos a la víctima, que afortunadamente no lograron impactar en el mismo, quien auxiliado por varias personas allí presentes, fue introducido en el interior del bar a la vez que se le impedía acceder al mismo al procesado quien, navaja en mano, manifestaba claramente cuál era la intención del ataque, diciendo: «Yo lo mato, yo lo mato».
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