Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Dios lo quiere

25/07/2024

Biden y Trump como presuntos candidatos aspirantes a la Presidencia de la Casa Blanca mantenían, hace un mes, un debate que quedó en una triste astracanada y evidenció las debilidades de la democracia americana como modelo a seguir por otros muchos países que a la hora de la verdad son mucho más reales y auténticas que la bien vendida democracia norteamericana. El debate lo primero que dejó en evidencia es a los propios candidatos como protagonistas de esa astracanada representada por dos actores que o te ponías a reír o no te quedaba más salida que ponerte a llorar, pensando que en un país en el que viven casi 350 millones de almas sólo esos dos candidatos podrían  alcanzar la opción  de ocupar su Presidencia. Para ser la democracia más representativa del mundo occidental, no parece muy envidiable su momento actual. 
Trump ganó el debate por incomparecencia del otro candidato, sustituido por un anciano de más de 80 años débil e incapaz de  sostenerle la mirada a su populista adversario y dando muestras de preocupantes lagunas mentales. Prácticamente no hubo debate y el republicano soez y mal carado no dudó en afirmar que con su victoria quedaban claros cuales eran los designios divinos para el futuro del gran país americano y quizás para el propio mundo: «Dios lo quiere», como se decía en tiempos de las Cruzadas por las tropas cristianas antes de las matanzas que afrontaban frente a las tropas de Saladino. Apenas unas semanas después, Dios ha vuelto a hablar. Trump sufre un atentado a la americana del que afortunadamente sale ileso por milímetros. Podía haber ido a otros paraísos, pero simplemente le convierten en el nuevo superhéroe americano.

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