Un buen filólogo diría que esta palabra tiene una falta ortográfica importante, porque te dicen las reglas que delante de P siempre va M. Sin embargo, tal cometido está justificado porque lo que pretende esta palabra es significar una «costumbre poco respetuosa» que se está poniendo cada vez más de moda: marcharte de un establecimiento, normalmente Restaurante, sin abonar el gasto que has producido. Como vulgarmente decirnos, «1,2,3, tonto el último» y a correr que pies para que os quiero.
Es, sin duda, vergonzoso. Sobre todo, porque en muchos de los casos, el gasto que se ha producido ha sido elevado, aprovechando las malas intenciones que guían a las personas irrespetuosas que lo van a cometer. Circunstancia que perjudica y mucho a los que luchan por salir adelante en sus negocios, cuyos costes en impuestos, mantenimiento y ejercicio económico, cada vez es más difícil y complicado para afrontar con beneficios.
Y ahora, este término 'sin-pa' también se ha puesto de moda en la política, sobre todo, en la mentira política. Porque, tal y como siempre han dicho nuestros abuelos, lo más importante de una persona, no era ya tanto las pocas y muchas pertenencías que pudieras tener, sino cumplir tu palabra.
Y por último, voy a seguir el ejemplo de Reme Egea y finalizo mi pequeña reflexión con una curiosa promesa. Esta semana vamos a tener un reto que posiblemente haga feliz a quién se quedó esperando una de tus palabras, alguien a quien le hiciste un 'sin-pa', dándole la vuelta a la situación, y recuerda a quien pudo ser, elige aquella palabra olvidada, y búscalo para disculpar la afrenta y cumplir la palabra (esté dónde esté). Dejarás de ser ese 'sin-pa' que ahora se lleva tanto. Y sin duda, no participes en marcharte sin pagar, siguiendo el ejemplo del más famoso en este tema 'Miguel Ángel, el de Gerona' que, además de cometer esa irrespetuosa acción, de vez en cuando en un albergue de Zaragoza y en varios cafés de su tierra natal, tiene miles de seguidores en las redes y se autoproclama 'príncipe del sin-pa', con todo orgullo y complacencia. Esta es la sociedad que tenemos, amigos. Deberíamos mejorarla y mucho, digo yo.