Salvador Illa ha dejado dicho en el Parlamento de Cataluña que en el 2025 pondrá en vigor la ley que regule el precio de los alquileres. Y me parece a mí que ya esta iniciativa debería de abrirse paso en otras Administraciones.
Lo cierto es que en España el acceso a la vivienda es un problema que no ha sabido resolver ni este gobierno, ni el anterior, ni el anterior, ni el anterior... Tampoco los gobiernos autonómicos han sido capaces de encontrar soluciones a este problema acuciante que tiene como consecuencia que los jóvenes no puedan emanciparse dados los precios prohibitivos tanto para comprar como para alquilar sobre todo en el centro de las ciudades.
Y aquí nos topamos con otro problema: los alcaldes y responsables de otras administraciones públicas están "matando" el centro de las ciudades al convertirlas en parques temáticos.
Por eso me parece más que oportuna la reflexión sobre poner límites a la proliferación de "apartamentos turísticos". Pero lo que se hace con una mano no puede deshacerse con la otra. Es decir, tiene que abordarse en la legislación la protección a quienes tienen un piso o un apartamento y lo alquilan para que esa propiedad no la terminen "perdiendo" por activa o pasiva. Y es que ese izquierdismo infantil al que están abonados algunos miembros del gobierno, les lleva a tratar a los propietarios de pisos y apartamentos como si fueran unos capitalistas salvajes que se "forran" con los alquileres. La realidad es que muchas personas con gran esfuerzo han comprado un piso además del que tienen, o simplemente lo han heredado de sus padres, y se encuentran que si lo alquilan pueden perderlo, si el inquilino deja de pagar. No pierden la propiedad pero sí el derecho real sobre el inmueble. Y así en el centro de Madrid y de otras capitales, cuando alguien heredera el piso de sus padres prefiere dedicarlo a alquiler turístico que a "jugársela" metiendo un inquilino que no sabe si va a cumplir con el contrato de arrendamiento. Por eso se van "muriendo" los centros de las ciudades al estar habitados por turistas y viajeros de paso. En los viejos edificios cada vez hay más apartamentos turísticos y menos familias o personas que pueden alquilar y convertir ese piso en su residencia permanente pagando un alquiler justo.
Pero como una parte del gobierno antaño eran impulsores del movimiento "okupa" pues no se aborda el problema de la vivienda en toda su dimensión.
Claro que hay que legislar para poner freno a los apartamentos turísticos, pero también para que quien tiene una casa no la pierda de hecho. Como dice un amigo mío, que es un sabio, hay que saber conciliar lo útil con lo bello.