Las dichosas redes sociales, y digo dichosas por lo mucho que suponen en la vida social actual, no paran de poner de moda numerosos términos, vocablos o siglas, infinidad de ellas con el objetivo de servir de información breve, rápida, cómoda y eficaz. Por ejemplo, DIY (hazlo tu mismo); ASAP (lo más pronto posible); IRL (no es un invento lo que te digo) o JK (solo es una broma), etc.
Pero, a mi me impresiona el término 'hater' por lo que supone. Estamos en un mundo globalizado donde parece ser que 'todo vale' y con ello se ha perdido esa dignidad que debemos de tener cada ser humano, en respeto y mantenimiento de la decencia cuando la moralidad tiene un sentido de educación y sentimiento. Y es que a veces, parece no servir mucho el esfuerzo que hacen determinadas personas por servir a los demás, por ayudar a crecer como personas, por marcar una pauta de camino hacia la superación, hacia el credo de la solidaridad o el compromiso. Y no sirve, porque muchos son Hater y escondiéndose en la indecencia y la cobardía, utilizan las redes sociales para hacer daño al prójimo, insultar, provocar injustas controversias, incitar al desánimo y la perversión, y así muchos otros calificativos, cuando desde la impunidad de una red social, llevan a cabo su 'mensaje de mala persona' sin ser capaz por cobardía de decir su identidad. Ese es un hater, una persona que de forma anónima usa perfiles para atacar o insultar a los demás. Que necedad la del necio, la del ruin, la del indecente, la del miserable, la del condenado por sí mismo. Pobrecito en su mísera semblanza, y pobrecito por no tener más solución que su propio y desgraciado destino.
Y como contrapartida o paradoja, también me llama la atención ese otro término curioso, como es 'Roomie', ese compañero o compañera que comparte la habitación con otro, desconocido al principio, pero que quiere compartir por espíritu de solidaridad, por necesidad o por criterio, entendiendo que le va a servir para enriquecer su espíritu y su capacidad de servicio y amistad. Este tipo de personas son admirables, porque a veces es la necesidad la que exige y aprieta, pero muchas otras, es por la solidaridad de quien desea ampliar su espacio de visión sentimental, conociendo, respetando, colaborando y asumiendo su rol de 'buena gente'. Ahí están las redes sociales y ahí es donde debemos saber filtrar lo que nos interesa o lo que no. Aprendamos a ser más felices.