Si analizamos el diccionario de la Lengua Castellana nos define claramente este término: «danza lenta del periodo barroco desarrollada durante los siglos XVI y XVII, escrita en un compás ternario –algo muy propio del Barroco-». Es una danza cortesana decorosa, aunque también se le llama a la pieza musical escrita para este tipo de danza.
Sin embargo, cuando aplicamos este término al lenguaje coloquial y buscamos el otro habitual significado, nos viene definida como «alboroto o jaleo», también aludido así en el Diccionario del estudiante.
Ahora bien, porque saco a relucir este término, ahora más olvidado que en los siglos pasados; pues, porque me parece bastante común cuando observamos la realidad actual cortesana –antes era propio como danza cortesana de las Cortes monárquicas europeas en los siglos pasados y ahora, en la actualidad, es más común de las Cortes democráticas europeas-; es decir ha cambiado el segundo apelativo, pero no el primero, y en lugar de danzar musicalmente con decoro, danzan en diálogos indecorosos, envueltos entre insultos y 'desprecios' utilizando una oratoria barriobajera, que en nada ayuda al buen fin de la política social del momento.
Por tanto, antes su significado era respetuoso: danzar entre la música barroca; y ahora, su significado es indigno al utilizar más el coloquial: generar alboroto o jaleo como medicina de defensa y carencia de valores.
Y al finalizar, mi pensamiento va más dirigido al Grupo musical conquense de nombre 'Zarabandas' por haber puesto en valor nuevamente ese término lingüístico y por traernos esa música tradicional, que abre corazones y despierta sentimientos, utilizando letras de poetas del tiempo –de antes y ahora-, como esa razón popular del entretenimiento, entre una música de autor y un embrujo silábico.
Amigos, zarabandeemos ahora de esa otra manera: ni aplaudiendo al político que no hace oratoria de progreso; ni al mediocre que como necio o ruin, camina a contrapié buscando excusas por sus carencias; ni al cotidiano encanto de esa burguesía que posturea en lugar de hacer labor de progreso; y por el contrario, zarabandeemos como ejemplo de ayudar a mejorar la sociedad, aplaudir al que lucha por la igualdad, el desarrollo cultural y el progreso social; y sin duda: dancemos con decoro y bondad.