Hemos pasado del Albacete caga y vete al no puedes venir a Albacete, aunque sea lo que deseas, porque «está a tope, ya no hay sitio». Desde hace unos años nuestra ciudad se ha convertido en un destino de interior favorito y preferente para miles de foráneos que, atraídos por muy diferentes atractivos, quieren venir a disfrutar de una urbe en absoluta expansión, sobre desde el ocio, que ha pasado de ser el lugar en el que paraban los madrileños en su éxodo estival hacia la playa, para estirar las piernas, tomar un bocado y, pues eso, hacer caca. Buena parte de la bendita culpa de este cambio de tendencia, que ya es dinámica, la tiene el Ayuntamiento y, en concreto, los últimos gobiernos municipales que, incluso desde sus divergentes ideologías, tuvieron claro, y de forma unánime, que apostar por una programación extensa, variada e intensa de todo tipo de actividades ayudarían a convertir a un lugar de paso, y poco más, en un foco permanente de atracción para todo tipo de visitantes y turistas. Esto ha llevado a que, en la actualidad, la agenda albaceteña de actos culturales, deportivos, sociales, etc., esté a la altura de la que cualquier ciudad top nacional y eso se traduce en que, sobre todo, cada fin de semana, exista un numeroso público que necesita alojarse en nuestros hoteles y demás espacios de descanso. Y es aquí cuando se produce el siempre temido colapso ya que nuestra oferta hotelera queda muy por debajo de la demanda actual. La realidad es que no hay camas para todos, y ya no solo en Feria. Ante tal problema, desde el Ayuntamiento se puede, por ejemplo, habilitar zonas de descanso, tipo camping, caravaning o albergues, cuando se trata de eventos destinados a un público joven y, sobre todo, atraer nueva inversión privada, oriunda o forastera, para que se abran más hoteles, hostales o apartamentos vacacionales en nuestro término municipal que pueda dar respuesta a esta espectacular demanda que cada semana, y por falta de alojamiento, deja a muchas personas, cargadas de ganas de conocernos y con los bolsillos llenos, sin poder venir a gozar de nuestra extraordinaria oferta urbana. Si hemos conseguido lo más difícil, como es hacer olvidar aquello tan ofensivo del caga y vete, no podemos fallar en lo demás. Es la hora del Albacete, ven y disfruta.